Estamos a un poco más de 18 meses de la próxima elección presidencial. Pero ahora las cosas parecen más adelantadas. Los dos partidos con mayor peso de votos ya tienen definidos sus candidatos, los cuales solo esperan ser bendecidos formalmente en sus convenciones. Pero esto no es motivo para no iniciar la campaña electoral y ambos lo están haciendo, cada uno a su manera.
En la última elección presidencial (del 2009) Mauricio Funes fue nombrado candidato en noviembre de 2007, es decir unos 17 meses antes del día de la elección. En esta ocasión Sánchez Cerén ya tiene varios meses de serlo.
En el caso de ARENA la situación es similar. Ellos eligieron a Rodrigo Ávila antes de la semana Santa del 2008, es decir un poco menos de doce meses antes de las elecciones. Ahora Norman Quijano ya tiene más de un mes de haber sido ungido. Es decir, más de 19 meses antes.
Todo indica que ahora los dos grandes partidos tienen mucha prisa y están compitiendo por quien empieza primero. La última elección demostró que ambos partidos tienen desgaste, que si bien no es grave, es un primer síntoma que deberían de analizar con detenimiento. El FMLN cayó en la elección de diputados del 2012, en 116, 414 votos en relación a la elección del 2009. ARENA, si bien aumentó 42, 888 votos, ellos saben que este es un crecimiento pírrico, que ni siquiera compensa el crecimiento natural del padrón electoral en los últimos tres años. Ningún partido puede proyectar una votación victoriosa en el 2014 a partir de esos resultados
Por tanto, a pesar de algunos cantos de victoria, ambos partidos saben que las cosas no serán fáciles. Para ganar la elección presidencial necesitan obtener el 50% más un voto a nivel nacional. Si ninguno lo logra, se debe organizar una elección de segunda vuelta entre los dos partidos que han sacado más votos. Esto es visto como riesgoso para ambos. Por ello no escatimarán esfuerzos en buscar la victoria en primera vuelta. Que lo puedan lograr es otra cosa.
Todo indica que se están moviendo en una ruta similar a la del 2009. Ambos candidatos deambulan por el territorio en reuniones organizadas por sus partidos, donde la gente que llega está más interesada en el plato de comida que le ofrecen que en las promesas del candidato. A fin de cuentas lo único seguro es el almuerzo.
Ambos candidatos, que carecen de programa serio de gobierno, andan improvisando soluciones a los complejos problemas nacionales. Dicen lo primero que se les ocurre y a veces meten las patas, como el caso del que prometió estudiantes chulones pero con computadoras y ahora tiene que remendar el entuerto. De vez en cuando se cruzan machetazos para ir calentando y recordando viejas destrezas. Ambos, pura sangre en sus respectivos partidos, se parecen más de lo ellos mismos creen.
Al igual que la vieja usanza del 2009, los que ofrecieron cambios ahora ofrecen la continuidad de los mismos cambios y los que perdieron vuelven al trillado argumento de Chávez y del Socialismo del siglo XXI. Los medios de comunicación, al igual que en el pasado cierran filas con los mismos de siempre. Si no cree vea el Diario de Hoy y busque cuantas noticias negativas hay de Norman Quijano, luego vea el Co Latino y cuente las noticias negativas de Salvador Sánchez.
Lo increíble es que pareciera que el ciudadano no termina de aprender. Pareciera que en el fondo lo único que le agrada es el pan y circo, en nuestro país no hay pan pero mucho circo. Muchos creen que los problemas que tenemos son fáciles de resolver, creen en soluciones sencillas, casi mágicas. Casi nadie está interesado en escuchar toda la complejidad de los problemas socio económicos, ni tampoco hacen mucho esfuerzo por entenderlos, y menos aún, están interesados en escuchar las soluciones complejas, que son las únicas que realmente sirven y funcionan.
Así es como se cae en la red de la promesa fácil o en la solución de “hígado”. Nos sentimos bien cuando decimos, los viejos políticos al carajo, matemos a los mareros, metamos presos a los corruptos. Pero no fuimos capaces de elegir uno solo de los candidatos independientes que participaron en la elección pasada, aunque sea para probar.
Así las cosas, la campaña electoral ilegal, seguirá cobrando fuerza. Esta es la forma de hacer las cosas. Aquellos partidos que respetuosos de la ley o por falta de recursos financieros no hagan desde ya la campaña, están condenados, pues cuando comience cuatro meses antes de la elección ya todos han tomado decisión de por quién votar.
Así las cosas en El Salvador, mi querido Sancho.
Ayutuxtepeque, jueves 13 de septiembre de 2012.