Jóvenes que construyendo un futuro liberador, sepan leer las realidades presentes rescatando y retomando las lecciones del pasado, y como les diría el sociólogo colombiano Orlando Fals Borda a los jóvenes actuales, “que es necesario recuperar la memoria histórica, lo cual significa descubrir selectivamente mediante la memoria colectiva, elementos del pasado que fueron eficaces para defender los intereses de las clases explotadas y que vuelvan otra vez a ser útiles para los objetivos de lucha y de concientización”, es decir, los jóvenes actuales a nivel mundial, recuperando su juventud, deben ser capaces de erigir sus luchas presentes sabiendo descubrir en el pasado elementos teóricos y prácticos que puedan ser útiles en el presente para continuar soñando en la acción sobre que un mundo con justicia social y equidad humana y humanizante, es todavía posible.
Esta lucha que necesariamente se debe emprender, si se quiere que el mundo humano no llegue a su fin, es cada vez más difícil dado que los poderes estructurales llámense capitalistas neoliberales o falsamente socialistas-comunistas, tienen en sus manos la ciencia y la tecnología que las han utilizado no para liberar a la humanidad sino para dominarla, esclavizarla y reducirla a una mercancía, diluyendo de ella su dimensión humana.
Los capitalistas neoliberales por naturaleza son antihumanos, pero aquellos que un día lucharon por la liberación de un pueblo, y que luego con sus acciones negaron por lo que lucharon son traidores; traidores que con un poco de poder se enfermaron, y se convirtieron en un mal ejemplo, en un mal referente para las nuevas generaciones, y tal como plantea Fidel Castro en una entrevista hecha por Tomás Borges (1992: 258), “que hay hombres que apenas tienen un poco de responsabilidad y ya empiezan a cambiar a deformarse –con un poco de poder, no con mucho- (…)”. Son hombres que Fidel Castro detesta porque traicionan sus principios. Traidores como estos lamentablemente han existido varios, que no son pocos en la historia revolucionaria de América Latina.
Los viejos en estado vejez y los jóvenes también en estado de vejez, que han sido presa no de la tecnología propiamente como tal sino de los fines perversos que los poderes estructurales (imperialistas y falsamente socialistas-comunistas) en forma subliminal le han inyectado en la “conciencia” de estos dos segmentos humanos, llevándolos no sólo a que su vida que ya no es vida, se traslade su escenario de la realdad real a la realidad virtual, sino además a que renuncien a pensar y a transformar la realidad real, ya que renunciando a esta cualidad de pensar y de transformar, el ser humano individual y genéricamente está renunciando a su propia naturaleza, a su naturaleza humana. Esto le ha permitido y le va a continuar permitiendo a los poderes estructurales perversos hacerse cada vez más poderosos y más ricos a costa del sacrificio y aniquilación progresiva y acelerada de la mayor parte de la humanidad.
Esta aniquilación progresiva y acelerada ha ocurrido y continúa ocurriendo de múltiples formas y en los más variados escenarios, ha ocurrido y ocurre por medio de las armas militares que cada vez son más sofisticadas (“inteligentes”) y efectivas; decenas de millones de personas han sido asesinadas de hambre, de explotación en los trabajos esclavizados, decenas de millones han sido asesinadas utilizando enfermedades de laboratorio que son diseminadas por los poderes oscuros estructurales en las regiones y poblaciones más empobrecidas y que comienzan a quererse liberar del yugo opresor estructural mundial. Algunos de estos casos se ilustran como cuando los españoles vinieron a doblegar a los pueblos naturales de América, que según el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro citado ´por Galeano E. (1999:26) eliminaron a millones de nativos de hambre, por medio de las guerras militares, por medio de trabajos forzados y por medio de enfermedades como la viruela, lepra, la sífilis, etc. que los españoles y demás europeos las diseminaron adrede dando a los nativos esclavos ropas contaminada por ejemplo con viruela, o como el caso que se conoció en el siglo XX en la época del presidente de Guatemala Álvaro Colom, que unos médicos científicos estadounidenses, cuarenta años atrás a su mandato presidencial, obviando adrede la ética científica les inyectaron a más de mil guatemaltecos hombres y mujeres el virus de la sífilis y de la gonorrea, y que luego les dieron indicaciones que tuvieran sexo. Estudiaron estos médicos en forma irresponsable el comportamiento de ese virus a costa de la vida de hombres y mujeres guatemaltecos ingenuos e inocentes. Habría que preguntarse ¿si enfermedades como el SIDA, el Ébola, el Chikungunya, el Zika, o plagas que se han acabado a muchas plantaciones agrícolas en países pobres como los latinoamericanos y africanos, serán experimentos o herramientas que utilizan los poderes estructurales imperialistas no sólo para regular o controlar la población sino que también para aniquilarla? o si ¿serán esta enfermedades instrumentos o estrategias militares de las grandes potencias imperialistas como las que habían imaginado Toffler A. y Toffler H. (1994), en la década de los noventa del siglo XX que ocurrirían ya en el siglo XXI?
Pero volviendo a uso perverso de la tecnología de los poderes estructurales mundiales y al uso inadecuado por las generaciones actuales que los ha llevado como se dijo anteriormente a ser separados de la realidad y metidos a la realidad virtual, para que no tomen conciencia de la realidad real, se podría decir parafraseando palabras de Karl Marx (1987: 37) al referirse al trabajo, en este caso ajustadas a la tecnología moderna “la tecnología produce inteligencia, pero también estupidez y cretinismo a las generaciones actuales”, en las cuales se incluye como ya se subrayó varias veces en este documento, a los viejos en estado de vejez y a los jóvenes también en estado de vejez, que los ha vuelto ciegos, sordos y estúpidos; sordera y ceguera que se traduce en una especie de microcefalia psicosocial y política masiva, es decir, que los poderes estructurales mundiales han logrado por medio de ponerles en las manos la tecnología a las generaciones actuales como los espejitos que los españoles les pusieron en la manos a nuestros antepasados, convertirlos en micro cefálicos psicosociales, políticos y culturales, logrando con esto impedir que las generaciones de empobrecidos desarrollen las aspiraciones de liberación y de construcción de un mundo donde se combata tanto a los poderes capitalistas estructurales globalizados como a aquellos que algún día se disfrazaron de revolucionarios,, para alcanzar no propósitos revolucionarios sino también propósitos individuales de enriquecimiento a costa de la inmensa mayoría de explotados y expoliados, que les han difuminado su capacidad de liberación.