Amarga derrota pero entendible dada la novatez de nuestros cipotes, este es un mal endèmico puesto que cuando se fracasa en lugar de asimilarlo y trabajar con la misma gente se cambia todo el esquema y se comienza de nuevo, esperemos que esta vez por fìn se aprenda y se comienze un trabajo serio con los mismos muchachos, incorporando nuevos talentos a los ya existentes.
A la «noble» aficiòn Salvadoreña, por lo menos le quedó el placer del sicaliptico insulto como contundente argumento contra la mediocridad nacional.
Agarrate de «esta»….
—–