Tamaño escándalo mediático armó el partido ARENA en las últimas semanas, denunciando a los cuatro vientos que los del partido GANA les querían comprar un grupo de diputados, para lograr la mayoría calificada y elegir al Fiscal General de la República. El problema es que no han concretado la información. No hay nombres ni pruebas. Ni siquiera evidencias. Además la cifra de dos millones de dólares por diputado parece a todas luces exagerada. Un diputado gana en los tres años que dura el cargo unos 150,000 dólares, aproximadamente. Con dos millones se puede comprar a toda la fracción arenera.
En realidad, detrás de este escándalo hay un intento por ocultar la profunda crisis por la que pasa la fracción de ARENA. Muchos de sus diputados están descontentos con la conducción del partido, otros consideran que los resultados electorales los comprometen más con el votante o con los financistas que los apoyaron en la campaña y por ello tienen dudas sobre la línea que el partido dicta, otros recuerdan con añoranza cuando hacían fila en CAPRES para recibir extra sueldo y finalmente tenemos al Coronel, que sus pleitos y berrinches son de generales conocidas.
El mismo partido que hace unos meses atacaba la partidocracia, apoyaba el voto por rostro en los diputados, y hablaba que los diputados deberían votar según su conciencia, ahora aparece asustado ante los fantasmas que él mismo creó. Un problema que tiene ARENA es que sus diputados se creyeron el discurso, que era para los de los otros partidos.
Cuando un diputado de izquierda votaba en contra de su partido y coincidía con ARENA, era un patriota, un funcionario de clara conciencia, un hombre sensible que no puede vivir bajo el autoritarismo de la bandera partidaria. Pero si el diputado que vota en contra de su partido es de ARENA, entonces es un traidor y un vendido.
Lo que ARENA también nos oculta es que tiene diputados que ya llegaron “vendidos” a tomar posesión de su cargo. Baste con recordar que hay diputados que gastaron en propaganda electoral más dinero que el que ganarán en los tres años de su legislatura, hay otros diputados y diputada que son protegidos de poderosas familias pertenecientes al gran capital. Por tanto el partido tiene escaso control sobre ellos.
También hay que tomar en cuenta que los diputados que tenían sobresueldo de CAPRES en los gobiernos pasados, ahora presionan a su partido para que le busque algunas formas de compensación adicional, para restituir aunque sea en parte la pérdida. Por ello hablan que los de la competencia los quieren comprar, para ver si así los valoran más y les consiguen unos centavos extra.
Esta es la triste realidad de cómo se ha movido la política salvadoreña. Legislaturas dominadas por grupos de poder económico que lograban sus objetivos sobre la base del reparto de dinero. Solo así se puede explicar que nuestros padres de la patria hayan votado por el Tratado de Libre Comercio con EUA sin ni siquiera leerlo, solo así se explica que hayan votado con dispensa de trámite la dolarización del país.
ARENA no se da cuenta que con estos espectáculos pierde el país y pierden ellos también. La escasa credibilidad que tiene la clase política salvadoreña la deterioran aún más con estas declaraciones. Declaraciones que se vuelven contra ellos mismos a no presentar ni las más elementales evidencias.
Pero lo peor es que con ello, ARENA no evitará que en el futuro se presente otra situación similar. La semilla de la discordia y la inconformidad ya está sembrada en el suelo de la fracción arenera y tarde o temprano puede germinar. Cuando en el futuro, salga de sus filas un grupo de legisladores inconformes ya habrán gastado el argumento de la venta de diputados, por más que griten ya no les creerán. Las pasará las del pastor que gritaba “ahí viene el lobo”.
Ayutuxtepeque, lunes, 22 de octubre de 2012.
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