Una expresión honesta, acorde al contexto salvadoreño, absolutamente intolerante e indefendible pero sin lugar a duda, otro éxito más del mismo autor que popularizo la plegaria desesperada: “Señor dame paciencia porque si me dieras fuerza los mato”.
Cada martes, jueves, sábado y obviamente domingo, anochezco o despierto en la misma zona residencial reflexionando ¿por qué renuncié a vivir contiguo a bares, prostíbulos, mercados, restaurantes, panaderías, fábricas, venta de CD piratas, pupuserías, gimnasios, sedes policiales, estación de bomberos, hospitales, cuarteles, punto de buses o esas mini-IGLESIAS que meten 200 personas en una VIVIENDA diseñada para 5?
A todos esos negocios o instituciones los caracteriza el ruido o el escándalo. Si no me creen pregúntenle a los pacientes del Hospital Bloom que colinda con chupaderos y barras show o a los habitantes del Reparto Morazán de Soyapango que quedaron atrapados entre la producción 7/24 de tres pequeñas industrias exportadoras: POLLO INDIO, BOQUITAS DIANA Y TEXTUFIL S.A. de C.V.
Sin embargo, el caso de templos ubicados en zonas residenciales es el que traigo a cuenta en esta ocasión porque está afectando seriamente a mi comunidad y seguramente algunas otras. Sencillamente porque sus predicas y canticos al estilo de anfiteatro despiertan a los bebes, interrumpen el descanso diurno y en la noche suben la presión arterial de los ancianos. También ponen a prueba la fe y tolerancia vecinal; y, de hecho, ganan muchos enemigos hablando en lenguas que desordenan cualquier alma a las tres de la madrugada.
Leer artículo completo publicado en CONTRAPUNTO, miércoles 10 de octubre de 2012
http://www.contrapunto.com.sv/tribuna/dios-mio-llevatelos-o-te-los-mando
http://www.youtube.com/watch?v=3yG5TixHOSE&feature=related ¿así o más claro?
6 comments for “¡DIOS MÍO, llevátelos O te los mando!”