Joaquín Villalobos es una persona muy poco apreciada por mucha gente de la Izquierda en el El Salvador, sobre todo por la que conforma al actual FMLN y a sus elementos mas radicalizados, estén o no ligados al partido, su presunta participación en el asesinato de Roque Dalton, la supuesta traición que hizo al pueblo, con el trístemente célebre, Pacto de San Andres y la cómoda vida de intelectual izquierdista convertido a la derecha, en Oxford que lleva, así como su participación como «asesor de resolución de conflictos internacionales» de Uribe en Colombia y como publicista de Calderón en México.
Todo esto sumado a las recurrentes apariciones en entrevistas y publicaciones escritas que nuestra prensa nacional le preparaba y promovía en el marco de los distintos eventos electorales que hemos tenido todos estos años, en los cuales nos demostraba irrefutablemente que Shafick era el diablo encarnado viviendo entre los hombres y que al ganar el FMLN las elecciones presidenciales, nos convertiríamos en la Kampuchea centroamericana; todas estas cosas y algunas otras que se me escapan, lo hacen ser una figura bastante conocida y detestada por la izquierda salvadoreña a la que hice alusión antes.
Al escuchar su nombre los mas inmediatistas (haciendo que las leyes de la dinámica de partículas del momentum e impulso cobren notable vigencia) saltan y le endilgan todos los epítetos y anatemas que nuestra florida versión salvadoreña de la lengua española tiene reservados para lo mas execrable de la raza humana.
Los otros, menos volátiles, se quedan rumiando su desaprobación y preparan cualquier suerte de líbelos en su contra, dejando con manifiesta claridad ante el público presente y ausente, que al susodicho personaje no se lo tragan ni bañado en chocolate o salsa de fresas.
La derecha tampoco lo tiene entre sus hijos predilectos, ya que durante la guerra los puso a parir nopales y si lo llaman para darle notoriedad es por la utilidad que le ven de ejemplo de izquierdista reformado y que “reconoce su error” y lo presentan como alguien que puede criticar “con conocimiento de causa” por haber estado y participado en el “gran error” que fué el conflicto armado en El Salvador.
Pero pese a todo ese «cariño» que la noble afición salvadoreña le tiene, sus detractores no le quieren reconocer al tipo su inteligencia y astucia; porque es innegable que durante la guerra fué, les guste o no uno, de los mejores estrategas militares de la insurgencia y en ese entonces todos lo alababan como el mas grande revolucionario que hubiese parido nuestra patria, el capítulo Dalton se mantenía archivado y oculto bajo la montaña de brillantes actuaciones revolucionarias que llevaba a cabo, pero cuando decidió dejarse llevar por el «pragmatismo político» y se movió hacia la derecha, se le acabó el encanto y «se convirtió en el sapo disfrazado de príncipe que era» y fue entonces que desde el fondo de un inmundo y profundo pozo de porquería, emergió el capítulo Dalton con todo su oprobio e ignominia, así como la decisión de asesinar alcaldes y muchas otras cosas mas o menos oscuras y siniestras.
Todo este tiempo desde que dejó de ser la estrella revolucionaria, y se convirtió en el judas salvadoreño, ha vivido alejado de la patria que lo vió nacer, pero se rumora que en los últimos meses su presencia ha sido bastante constante, moviéndose como un Richeliu moderno preparando algo que no está muy claro y que presuntamente, según algunos «malpensados» y «alcanzativos» amigos, involucra al nuevo movimiento por el cambio de Mauricio Funes, al PDC y a otras fuerzas que pretenden ocupar el lugar dejado por ARENA que despedazada por los misteriosos hilos que mueven a GANA, está dejando sin un partido fuerte a la derecha.
Una derecha que pagó con la silla presidencial el haberse aferrado a las políticas neoliberales mas ásperas y que posiblemente ahora que temen haber quedado fuera del juego se quieran presentar con un barniz de reconversión, transmutadas en la «nueva derecha social», mas humana y …(tragando grueso, dado su natural pensamiento)… social, para recuperar lo perdido.
Será que el desenlace de toda esta telenovela llevará a una extraña fusión entre los «pragmáticos políticos» de la izquierda y la derecha, para hacer una especie de dudoso sincretismo ideológico, apuntando a un centro político prefabricado, apoyados por el ejecutivo, que aglutine a izquierdistas desencantados con el FMLN, derechistas desencantados con ARENA, democratas cristianos desencatados de…ser demócratas cristianos y ciertos sectores del gran capital…que aún queda.
¿Tendrá intenciones de regresar a la política nacional el señor Villalobos?
¿Que papel jugará Saca..digo….GANA en este embrollo?
¿Terminarán aliados todos con el Movimiento de Amigos de ya saben quien?
Si es que lo hace: ¿Será un error de Funes buscar este tipo de aliados y alianzas?
Nuestra política criolla se pone de veras interesante, y en su seno se gestan importanes y sorprendentes movimientos en los que se vislumbra el protagonismo de veteranos políticos que muchos consideran ya quemados, desgastados y de poca credibilidad, aunque en estos momentos nuestra política se percibe como estática porque lógicamente se encuentra fuera del foco mediático y está opacada por la fiebre mundialista, mas sin embargo se mueve… como diría, aferrando su telescopio contra el pecho, don Galileo.
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