Por: AP / WASHINGTON, EU.-
La muerte del número tres en la jerarquía de Al Qaeda difícilmente afecta a la organización terrorista por mucho tiempo.
Al Qaeda ha sobrellevado la pérdida de figuras importantes en el pasado y depende cada vez más de una red de agrupaciones nuevas empeñadas en atacar blancos estadounidenses.
La muerte de Mustafa al-Yazid representará seguramente un golpe que será superado en poco tiempo por una organización que, como el monstruo mitológico Hidra, de varias cabezas, cuenta con numerosos tentáculos que le permiten continuar su batalla.
Al Qaeda es hoy un enemigo fragmentado, con células en Yemen, Somalia, el norte de África y la frontera entre Afganistán y Pakistán. Y, como lo demostró el ataque del día de Navidad contra un avión comercial, sus filiales son cada vez más independientes y peligrosas.
Es así que, por más que Estados Unidos elimine a líderes de Al Qaeda, la agrupación se renueva con reclutas decididos a morir por su causa.
«Nosotros les estamos dando palos, pero ellos logran radicalizar elementos del movimiento yijadista islámico», expresó Bruce Riedel, del Centro Saban de la Brookings Institution Saban y ex funcionario de la CIA.
Al-Yazid, quien era conocido también como Jeque Saeed al-Masri, es el séptimo número tres de la jerarquía de Al Qaeda muerto o capturado desde el 2001, según Riedel.
«Esto demuestra dos cosas: que es un trabajo peligroso y que uno puede llenar esa plaza con relativa facilidad», expresó.
Al-Yazid, quien según al-Qaida era su máximo líder en Afganistán, fue asesinado junto con su esposa, tres hijas, un nieto y otras personas, informó la organización. Se cree que fue alcanzado por una bomba disparada por un aparato sin tripulación, probablemente en las dos últimas semanas.
Funcionarios estadounidenses admiten que a Al Qaeda no le cuesta demasiado reemplazar al número tres. Pero acotan que esta vez las repercusiones pueden ser más serias porque la organización dependía mucho de la capacidad de al-Yazid de recaudar fondos por su condición de miembro fundador. Además era el principal enlace con Osama bin Laden y el número dos de la agrupación Ayman al-Zawahiri. Estaba a cargo de las operaciones cotidianas de Al Qaeda y colaboraba en el manejo de las finanzas, según funcionarios estadounidenses.
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