Publicamos unas notas enviadas por un músico de la Orquesta Sinfónica sobre el problema de SECULTURA.
Estimados amigos: Los felicito por mantener este espacio de informaciòn y opiniòn tan ùtil para la expresiòn de puntos de vista de los ciudadanos.
Les remito estas notas que tratan sobre la situaciòn de la Secretarìa de Cultura para que las publiquen si lo tienen a bien, de modo que podamos compartir este punto de vista con otros actores de la cultura nacional.
Soy mùsico de la Orquesta Sinfònica de El Salvador y espero me concedan la oportunidad de expresarme atravès de su espacio si les parece pertinente. He elaborado estas notas a partir de mi cercana relaciòn con el sindicato de la Secretarìa y con muchos trabajadores de distintas oficinas de la misma, de modo que la percepciòn en ellas expresada va màs allà de la interpretaciòn ùnica de mi persona, aunque no pretendo arrogarme la representatividad de ese colectivo.
Agradezco su atenciòn a la presente y les deseo màs èxitos en su gestiòn ciudadana.
¿CONCULTURA O SECULTURA?
Los recientes incidentes que culminaron en la destitución de la Secretaria de Cultura han sido enfocados desde varios ángulos distintos: la Dra. Cuenca y sus partidarios, el Presidente Funes y los adherentes a su decisión; los ex -empleados de la Secretarìa despedidos por aquèlla; los empleados que aùn laboran en la institución; hacedores de cultura independientes, artistas; periodistas; ciudadanos interesados en la cultura, y muchos otros. Hemos escuchado justificativos en todo sentido desde autoritaristas hasta anarquistas evaluando lo que se hizo, se dejó de hacer, se prometió, no se contemplò, se creyó o imaginò; se percibió, se interpretò, etc., todo desde la particular interpretaciòn de quien lo haya expresado. Muchos hemos participado de la escritura de esta página de nuestra historia y para bien o para mal, el guiòn ya està impreso en el imaginario colectivo.
Màs allà de esta situación cabe preguntarse hasta donde ha sido todo esto un lamentable indicio del desacierto de transformar CONCULTURA en SECULTURA de manera apresurada. ¿Es posible que exista un vìnculo entre aquellos incidentes y esta percepciòn? … Hipoteticemos.
¿Por què hubo de crearse la SECULTURA? No existe información al respecto. En el Plan de Gobierno del Presidente Mauricio Funes se declaró expresamente dentro de la política de desarrollo cultural que la administración pública de la cultura se elevarìa a la categoría de Ministerio y no de Secretarìa. Nadie ha explicado por què se optò por èsta en lugar de aquèl ni porquè una Secretarìa es mejorque el actual CONCULTURA. Tampoco se ha dicho si CONCULTURA funcionaba tan mal como para justificar su disolución. En busca de diferencias significativas, comparando los decretos de creación de ambas instituciones notamos que las atribuciones de el (la) Secretario (a) de Cultura son màs numerosas que las asignadas a CONCULTURA y que en el primer caso la responsabilidad es de una persona, mientras que en el otro es un colectivo. Cuantitativamente, la SECULTURA demanda màs de su titular que lo que el CONCULTURA reclamaba del(los) propio (s). Cualitativamente se torna màs exigente la SECULTURA que el CONCULTURA pues el (la) titular de aquella debe poder hacer solo(a) mucho màs de lo que se requerìa del presidente y los consejales de èste juntos. Esta ampliación y concentración de atribuciones es la diferencia sustancial teórica màs sobresaliente a favor de la SECULTURA en la comparaciòn referida, sin embargo no constituye por sì sola una garantía a priori de que la SECULTURA vaya a ser mejor que el CONCULTURA. Necesitamos màs información, pero… ¿A quièn acudir en pos de eso? Considerando que los protagonistas deberían estar mejor informados recurramos a las declaraciones de la Secretaria de Cultura cuando recién la habían nombrado.
La propia Licenciada Cuenca -ese es su grado académico según su nombramiento (Acuerdo 67 D.O. 383 25 junio 2009)- declaró al periódico digital El Faro, a pocos días de su investidura que no era ella quien debìa responder a la pregunta de ¿Què significa crear una Secretarìa de Cultura? Ella afirmó que era al Presidente de la Repùblica a quien había que acudir con la interrogante… hasta ahora ningún periodista ha osado ir por la deseada revelación, de modo que no tenemos una idea oficial exacta de por què debemos tener una Secretarìa de Cultura y tampoco de por què ya no es viable sostener el CONCULTURA. En otra entrevista publicada en La Prensa Gràfica el 17 de agosto de 2009, la licda. Cuenca encarò la siguiente pregunta de su entrevistadora: “Me gustaría que definiera cuales son los beneficios concretos que la institución obtiene de transformarse de Consejo a Secretarìa” respondiendo: “Yo creo que la principal implicación es darle màs relevancia a la cultura. El Presidente ha querido darle màs relevancia, eso es clarísimo. Al pasar a ser Secretarìa es un esfuerzo por darle un papel màs protagónico a la cultura del país. Esto seguramente, creo yo, es parte de una ruta de evolución institucional”.
La respuesta no satisface la pregunta pues la titular no puede exponer ni un solo beneficio concreto y se remite a especular y a creer. No està tan “clarísimo” còmo el Presidente quiere darle relevancia a la cultura.
Luego de la destitución de la licenciada Cuenca salieron a la luz otras declaraciones que, al menos de manera indiciaria, apuntan a que la nueva Secretarìa de Cultura no había sido una creación suficientemente meditada. Se llegó a decir que la cercanìa de la cultura a la casa de gobierno era perjudicial para aquella. El silencio presidencial no ha hecho sino alimentar la idea de que no se tiene una idea clara de lo que se pretende con la transformaciòn de CONCULTURA y con las declaraciones de los despedidos de la Secretarìa se ha generado la deconfianza de que puedan mediar intenciones manipuladoras de diversa índole que, de materializarse, pueden resultar sumamente dañinas para la cultura en general.
Internamente la experiencia de la mutaciòn ha sido quizá traumática. Con el arribo de la licenciada Cuenca, se iniciò la desarticulación del entramado administrativo existente para adecuar la institución a su nueva realidad sin que esto último suponga que se tenía para entonces una definición meridiana de ella misma. La medida resultò desatinada en la pràctica pues se suprimieron puestos existentes y se crearon nuevos sin la precisa definición de atribuciones y facultades. Se dejaron de hacer diligencias de importancia y/o se tornaron innecesariamente engorrosas hasta el punto que obtener una audiencia con la señora Cuenca era virtualmente imposible. Se multiplicò el papeleo burocrático y en muchas ocasiones se retrasò el cumplimiento de obligaciones institucionales para con terceros. A pesar de las declaraciones del Presidente Funes de respetar la estabilidad de los empleados en sus puestos hubo cesantìas numerosas por razones diversas y en algunos casos sin ninguna. Se recetaron aumentos salariales a los puestos de confianza de personas allegadas a la licenciada Cuenca sin importar su condición de recién llegados y su desconocimiento del funcionamiento de las instituciones pùblicas, ni mucho menos su mèrito real.
Uno de los equívocos administrativos màs representativos fuè y es hasta ahora la indiferencia con que se tratò el asunto del Escalafòn de los trabajadores, entuerto del cual la ex Secretaria se desentendió pese haber declarado pùblicamente que ya era una realidad. Nunca se realizaron los tràmites necesarios para asegurar que el presupuesto de la Secretarìa contara con los fondos suficientes para financiar el Escalafòn que por ley debió haberse hecho efectivo desde enero de 2010.
La percepción generalizada de los trabajadores de la Secretarìa es que sería mejor retornar al estado anterior de cosas, es decir, volver a ser CONCULTURA y al MINED porque durante el tiempo que fuè asì, los problemas se resolvieron de alguna manera. La proximidad con el MINED facilitò las reivindicaciones laborales. Institucionalmente se contaba con relativa independencia. Algo de suma importancia era la certeza de tener un interlocutor (Ministro -a) con disposición de atendernos y con facultad de decisión y gestión suficiente para resolver problemas institucionales. Con la Secretarìa de Cultura no vimos en la licenciada Cuenca un verdadero interlocutor pues siempre esgrimió evasivas. Cuando el Presidente de CONCULTURA se rehusaba a resolver problemas internos los trabajadores recurrìamos al Ministro (o a la Ministra) de Educaciòn y las cosas se resolvían. Cuando Breny Cuenca nos desatendió recurrimos al Presidente de la Repùblica y ¿què obtuvimos? Declaraciones pùblicas de compromiso pero luego indiferencia para cumplir su palabra.
Cuando marchamos hacia Casa Presidencial el jueves 11 de febrero, los trabajadores portábamos una pancarta que decía: “Sr. Presidente: La Secretarìa de Cultura ¡¡Và mal!!” Querìamos hacerle voltear a ver y reflexionar sobre los acontecimientos arriba descritos … decirle que era el momento de evaluar lo andado, de atender las dificultades que estábamos pasando por la ausencia de un norte claro en el manejo administrativo de la institución. Los planes puramente culturales podrían estar acertados pero el manejo administrativo dejaba mucho que desear y tarde o temprano pondría en riesgo la coronación de los proyectos. Por otra parte, los trabajadores vemos con fundada preocupación el ostensible irrespeto a la estabilidad laboral manifestado en la indiscriminada destitución de empleados (as) tanto por la gestión de la licenciada Cuenca como por quien haya ordenado los que han ocurrido luego de su despido.
SECULTURA todavía no se repone… es imperativo que se nombre al sustituto de la licenciada Cuenca cuanto antes y que esta persona tenga la valentía de reconocer que el intento de transformaciòn de CONCULTURA ha sido un error y que no es viable en los términos y las condiciones fácticas actuales. Que analice seriamente las opciones y que – con los pies en la tierra- recomiende al ejecutivo volver a ser CONCULTURA mientras se madura –y acelera si es posible- un poco màs la idea original de elevar la gestión cultural al nivel de Ministerio. Por el momento y por el bien de la cultura nacional no debemos seguir como estamos.
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