Francisco Quintanilla
Todos los indicadores apuntan a la confirmación de que el coronavirus fue creado desde las entrañas de un laboratorio por la ambición económica y política por controlar el mundo y el mercado internacional.
Lo que no se sabe es si este virus lo liberaron con intencionalidad o por descuido.
Pero, independientemente de si hubo intencionalidad o fue producto de un descuido experimental, es un virus con capacidad de matar a decenas de miles de personas en todo el planeta; capacidad que se incrementa en los pueblos más débiles y debilitados, pobres y empobrecido como los latinoamericanos y africanos. Además, este virus es una patente de un país súper desarrollado económica y militarmente.
Los indicadores históricos muestran y han ido mostrando que este virus no tiene una capacidad natural de eliminar a una buena porción de la humanidad; es decir, esa capacidad de aniquilar no le es dada por la naturaleza misma sino por los intereses más deshumanizados y perversos que ponen en el centro de su quehacer el dominio del mercado y ubican al ser humano como satélites o como partículas que giran en torno al mercado y a los intereses de esos pocos que dominan el mundo y que quieren ampliar, profundizar y asegurar su dominio.
Es muy probable que la creación del coronavirus también esté vinculada con la regulación de la natalidad y, por lo tanto, con la regulación y disminución de la mano de obra.
Michio Kaku en varios de sus libros entre ellos: El futuro de la humanidad (2019) y en La Física de lo imposible (2018), hace referencia a la relación existente entre la empresa cinematográfica y el desarrollo de la ciencia y de la tecnología. En algunos casos los cineastas recurren a científicos para que les den datos científicos y tecnológicos o ideas para construir o fundamentar los guiones de sus películas.
En otras ocasiones, la imaginación de los que escriben los guiones de las películas de ficción los lleva a plantear escenarios casi proféticos sobre el futuro del planeta tierra y sobre la humanidad. Es decir, el cine con su ficción se adelanta a los planteamientos científicos y tecnológicos actuales.
En función de lo anterior surgen por lo menos dos preguntas:
- ¿Son estas películas sólo ficción o son planes que ilustran como los países más poderosos quieren dominar el planeta tierra y todo el universo?
- ¿Son estas películas sólo ficción o una encarnación de los intereses perversos de los que tienen y han tenido un delirio de dominio absoluto sobre el mundo y sobre el universo?
Existen por lo menos 11 películas de las cuales algunas se fundamentan en novelas de la literatura que con imaginación escatológica anticipan el final de la humanidad.
Dentro de estas películas están: Pánico (1950), La amenaza de Andrómeda (1971), La peste (1992), Epidemia (1995), Los doce monos (1995), Extermino (2003), Niños del hombre (2006), Ceguera (2008), Contagio (2011), Aislados (2011) y Coronavirus (2017).
En un Best seller, de los años 80 del siglo XX: Los ojos de la oscuridad del estadounidense Dean Koontz, se anuncia de manera profética la creación de un virus fatal, que pone en riesgo la existencia de la humanidad. Este anuncio también se despliega en uno de los capítulos de los famosos Simpsons.
En casi todas estas películas como también en la literatura que gira en torno a escenarios escatológicos se hace referencia al peligro al que se ve expuesto el futuro de la humanidad por la presencia de un virus que fue creado por extraterrestres o por algunos humanos ávidos de más poder económico o con intenciones de reducir sustancialmente la población del mundo entero.
Un dato curioso es el del cortometraje filmado en el 2017 referido al Coronavirus, mucho antes de que apareciera el coronavirus actual que ha puesto en vilo a toda la humanidad. Curioso porque todo esto hace pensar que las películas de ficción profética no sólo son películas sino que anticipaciones de los intereses perversos de los más poderosos económicamente, para apropiarse del mercado internacional a toda costa, no importando si asesinan bajo la vía de las armas biológicas, químicas o ecológicas a buena parte de la humanidad.
También es importante señalar algunas coincidencias en varias de las anteriores películas con lo que está pasando en la realidad. “Coincidencias” de las que están sacando ventajas geométricas las grandes empresas trasnacionales y nacionales, aplastando a las pequeñas empresas y negocios particulares.
Dentro de estas “coincidencias” tenemos: la pandemia es producida por un virus, el virus es transmitido a humanos por algún animal, se extiende por todo el mundo, sus efectos son devastadores, se ínsita a que la gente tenga miedo al prójimo portador de la enfermedad, inducen a que cada persona se aísle y se aleje de todos los demás, conducen a que cada persona vele únicamente por su salvación (sálvese quien pueda), se desarrolla un egoísmo absoluto, el miedo se transforma en paranoia, lavarse las manos continuamente se convierte en una obsesión a tal grado de ocultar las manos para evitar el saludo, se llega a sospechar del vecino como posible portador de la enfermedad. En fin, logran fracturar el tejido social a niveles inusitados e inimaginables llevando a los pueblos, a las sociedades y al mundo entero a una atomización profunda.
Atomizada la sociedad, es decir dividida, no le permite al ser humano individual desarrollar comportamientos de solidaridad para enfrentar una pandemia como la del coronavirus.
Toda la propaganda mediática y algunas decisiones de muchos gobiernos a nivel mundial incluido el de El Salvador, no se han encargado de informar e instruir a la población sino de generar un miedo elevado a pánico, llevando a cada habitante a convertirse en una isla, alejado totalmente de los demás; le han roto, en otras palabras, su naturaleza social; lo han llevado a que se olvide del prójimo, a que se olvide que a una pandemia se la puede enfrentar más efectivamente si se hace en forma organizada y solidaria.
Esa ruptura de la red de solidaridad de los pueblos pobres o empobrecidos favorece de nuevo al sector más poderoso económicamente y desfavorece considerablemente a la población más débil; es decir, a la inmensa mayoría de este planeta.
Veamos, por ejemplo, el gobierno de El Salvador decidió imponer una “cuarentena” de treinta días; además, pone en ejecución una especie de toque de queda, una especie de arresto domiciliario, donde la gente ya no puede salir de sus casas, aislándose de todos, de sus demás familiares, amigos y vecinos, sustituyendo las relaciones personales por las impersonales. Habría que ver, bajo este escenario, las consecuencias psicosociales derivadas de este aislamiento.
Otra decisión del actual gobierno fue cerrar los mercados; es decir, donde se encuentran las mujeres y hombres comerciantes de nuestro pueblo. Por el contrario, no ordena el cierre de los híper mall; es decir, de las grandes cadenas de supermercados nacionales y trasnacionales.
Una consecuencia de lo anterior, que ya se comenzó a sentir y que se va a ir agudizando, es la quiebra de los pequeños comerciantes y el enriquecimiento millonario aún mucho mayor de los más ricos de los ricos, aprovechándose de la situación en que se encuentra este pueblo y muchos pueblos del mundo por el coronavirus y por las decisiones de los gobiernos respectivos. Por ejemplo, los grandes supermercados siguen sus operaciones y a los pequeños negocios les cerraron sus puertas.
En otras palabras, bajo el escenario del coronavirus y bajo el escenario de las decisiones tomadas por varios gobiernos en el mundo como el de El Salvador, los más ricos se están haciendo más ricos y los más pobres se están haciendo más pobres.
A la capacidad que tiene el coronavirus de matar a muchísimas personas, la supera la capacidad que siempre ha tenido la pobreza y el hambre de matar a muchas más personas.
Asimismo, tendrá graves consecuencias el aislamiento provocado por el pánico generado estimulado por la mayoría de medios de desinformación y por la forma alarmante como el presidente de la república de El Salvador ha difundido sus comunicados.
El presidente de El Salvador, sin renunciar a un realismo, puede difundir sus comunicados sin caer en un alarmismo, ya que este genera pánico, y el pánico puede conducirá a acciones desesperadas del pueblo salvadoreño o inducirlo a caer en estados de depresión profunda, la cual los profesionales en la psicología y psiquiatría saben que es la antesala de las acciones suicidas.
Por lo tanto, es importante que los pueblos pobres del mundo en general y en particular los de Latinoamérica y sus respectivos gobiernos tomen conciencia de que la sanitación ambiental se puede enfrentar más efectivamente si dan lineamentos a los pueblos, cantones, barrios, colonias, comunidades para que se organicen como un todo organizado y no como un todo fracturado, hecho partículas, que busca su salvación individual.
28/03/2020
3 comments for “#Coronavirus. Criatura de laboratorio. Y el pánico contra la solidaridad y la respuesta colectiva”