Pocas veces hemos tenido en el país una coyuntura tan pletórica de hechos mediáticos que acaparan las primeras planas de los medios de comunicación. Los acontecimientos se suceden con tal velocidad que cuando se pretende escribir sobre un tema, ya hay otro que ocupa la atención de la opinión pública.
La ciudadanía consume a diario los acontecimientos, reacciona frente a ellos, luego aparece otro hecho relevante, se olvida el anterior y se vuelve a reaccionar. Es un juego de reacción y olvido. Como si fuese un espectáculo en que cada acontecimiento nos hace olvidar y apartar de nuestra mente el anterior.
Esto no nos permite procesar adecuadamente los acontecimientos y mucho menos poder hilarlos y ver el conjunto. Vamos perdiendo la idea de proceso. Muchos sucesos son manejados de manera espectacular y en forma aislada. Finalmente cuando intentamos recordar el conjunto, lo que tenemos en nuestras mentes es un conjunto de acontecimientos que conforman piezas dispersas de un rompecabezas que es imposible poder armar para ver el conjunto.
La reacción de la población es emotiva, hay poco razonamiento. Esto fortalece la emoción pero anula la inteligencia, que es tan necesaria para ver el fondo de lo que sucede. Las reacciones emotivas son superficiales, la profundización de los fenómenos sociales solo se consigue a través de procesos intelectivos que nos permiten ordenar adecuadamente cada acontecimiento, armar el rompecabezas y sacar conclusiones.
Esa es la nueva estrategia mediática, llenarnos de información dispersa que consumimos a pedazos. Es un cambio en relación al pasado en que se ocultaban los acontecimientos. Ahora se nos desinforma llenándonos de información dispersa.
La ciudadanía crea figuras elementales ante los acontecimientos pero sin saber diferenciarlas. Se pone en el mismo plano situaciones diferentes. Nadie puede distinguir la diferencia real entre la Lady Melaza y la Lady Papaya, pues ambas han sido manejadas en un mismo plano informativo. Para muchos es lo mismo una diputada que intentó encubrir un grave acontecimiento de contaminación ambiental provocado por una empresa irresponsable, de otra diputada que mandó a comprar una papaya de un dólar para atender a un funcionario extranjero.
Además, toda esta coyuntura encubre los verdaderos actos de corrupción que sucedieron hace pocos lustros en los cuales se despojó al país de activos fundamentales tales como el robo de la banca, los ingenios, ANTEL. Etc. Ahora estamos cuidando y vigilando el retazo con hueso mientras se nos olvida que ya se robaron el lomo de aguja. Debemos cuidar lo que nos queda, esto es necesario, pero no debemos olvidar lo que en el pasado reciente se llevaron.
Por otra parte se nos olvida el origen y la raíz de los problemas estructurales que padecemos. No nos percatamos que el origen de la tremenda desigualdad económica en que vivimos, que muchos de los problemas sociales que padecemos, que la falta de empleo y los miserables salarios del sector que tiene el privilegio de poseer un empleo, no están en la superestructura política. Estos son problemas de la estructura económica. Son problemas creados por el modelo económico neoliberal que se implementó en el país a partir 1989.
Nadie se percata que fue necesario que llegara un gobierno de izquierda para que todo saliera a la luz. Que lo que sucedía en el pasado pasó desapercibido por todos. Se nos olvida que en el pasado el gobierno actuaba como en un cuatro cerrado y sin ventanas en que nadie sabía lo que sucedía. En que la más mínima información era negada.
Lo anterior, no lo señalo para disculpar la ineficiencia y la corruptela del presente. Lo menciono para que construyamos una perspectiva de proceso de los acontecimientos y aprendamos a armar el rompecabezas que nos permita ver el fondo de la realidad que vivimos.
Pero en todo esto hay una ganancia innegable, la ciudadanía ha comenzado a asumir un rol vigilante de la actividad pública, como nunca antes había sucedido. Pero tenemos que aprender y educarnos. No basta con reaccionar con emotividad, debemos aprender a ver el fondo de los acontecimientos, solo así podremos aportar a la solución de los problemas y falencias que padecemos.
Ayutuxtepeque, miércoles 07 de septiembre de 2016.
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