Llama poderosamente la atención la noticia que American Movil que es propietaria de CLARO compre el 100% de las acciones de DIGICEL en El Salvador y Honduras. Además American Movil vende a DIGICEL su empresa CLARO en Jamaica. Según las noticias esta operación de ventas mutuas se ejecutará en el segundo trimestre del año.
Detrás de estos negocios lo que hay es un reparto de los mercados. CLARO se queda con El Salvador y Honduras y DIGICEL con Jamaica. De esta forma ambas empresas dejan de competir entre si en los tres países y cierran la argolla del oligopolio de las transnacionales de la comunicación.
Cuando las empresas dejan de competir y se ponen de acuerdo para distribuirse un mercado, cometen violación a las leyes de competencia vigentes en la mayoría de los países latinoamericanos. Estos acuerdos colusivos están penados con fuertes multas y hasta con el retiro de los permisos de operación en los países.
Hace unos años la Superintendencia de Competencia multó dos grandes empresas que controlan el mercado de un producto de consumo básico en el país, por el hecho de repartirse el mercado y no generar competencia entre ellas. Eso es exactamente lo que hacen estas dos grandes compañías de telecomunicaciones.
En este caso el problema es mayor, pues no se trata de reparto de un mercado nacional, es un acuerdo en una región que comprende varios mercados nacionales. Por lo cual tiene mayor alcance. Un elemento que favorece estas ilegalidades, son los vacíos de las legislaciones nacionales, que son aprovechados por estos monstruos empresariales para cometer estas fechorías que a la larga atentan contra el interés de millones de consumidores.
American Movil es propiedad de Carlos Slim, empresario mexicano-libanés que según la revista Forbes es el hombre más rico del mundo con una fortuna que ronda los 74 mil millones de dólares (el presupuesto del país para el 2010 es un poco mayor a los 4 mil millones de dólares). Es decir que los intereses en juego son muy poderosos.
Carlos Slim incursionó en el mercado salvadoreño hace más o menos una década, de la mano de una poderosa familia integrante del poder económico local. Desde esa fecha sus inversiones, y por tanto sus intereses, han venido creciendo en forma exponencial en el país. Ahora, entre otros negocios, controlan la mayor empresa de telefonía fija de El Salvador y ésta es usada como ancla para los servicios de telefonía celular e Internet.
Nuestros pequeños países de Centroamérica y el Caribe son muy pequeños para enfrentar estos gigantescos poderes mundiales. Un solo hombre tiene más recursos económicos que todos los Estados juntos. Pueden comprar voluntades. Solo el desarrollo de la legislación internacional y eficientes organismos e instituciones regionales, continentales y mundiales pueden ser un muro eficiente de contención contra estos acuerdos colusivos e ilegales.
Si esta tendencia, que ahora vemos en las compras mutuas, se desarrolla, en poco tiempo tendremos en cada país un monopolio de las telecomunicaciones. Estas grandes empresas se repartirán nuestros países cual pastel de cumpleaños. Por ello la integración regional es importante. Este es un ejemplo más que nuestros paisitos separados no tienen viabilidad ni futuro.
Ayutuxtepeque, lunes, 14 de marzo de 2011.
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