Un Huracán en mi patria Cuscatlán.

Nuestra gran amiga «Lechuza» nos envía un artículo escrito por «Alexman» que espero lo disfruten:

UN HURACAN EN MI PATRIA CUSCATLAN,  escrito por Alexman

La crisis generalizada y plurimanifestada que vivimos en nuestro país, no es como suele escucharse en boca de los conformistas, cuando dicen: “Dios sabe lo que hace”, “solo son señales de los últimos tiempos”, etc. pues no, el torbellino en que nos debatimos hoy, no es producto de ninguna obra celestial, es consecuencia de una miope visión y supinas actuaciones de quienes por muchísimos años tuvieron en sus manos el poder de decisión sobre como caminar al encuentro de un futuro prometedor  para nuestra patria, pero sus acciones fueron marcadas por una negligencia imperdonable, sacrificando de esta manera las posibilidades de tener a esta altura, un país con altos niveles de salud, formación técnica y educación, entre otras virtudes, que nos hubieran evitado adentrarnos en este gigantesco remolino social que tantas consecuencias negativas heredó a nuestro pueblo.

La voraz ansiedad de enriquecimiento en unos pocos e “ilustres personajes” de la época, teniendo por consentidores a quienes ostentaban el poder  y en detrimento de la mayoría de una población desposeída de todo, que solo significaba para ellos una cifra más para incrementar sus pingues ganancias, fueron los causales para que se fuera conformando con el tiempo, la tormentosa situación en que aun nos encontramos.

Esta tormenta huracanada que esta estacionada en los veintiún mil kilómetros cuadrados de nuestro país lleva ya cuarenta años y con pocas señales de quererse disipar.

Fue por la década de los años setenta del siglo pasado cuando se sintieron los primeros escalofriantes vientos de dicha tempestad que acechaba nuestra tierra.

Poco a poco fue cobrando impetuosa fuerza, alimentándose de la descomposición y el desorden que reinaba en nuestro querido país.

Así se mantuvo durante muchos años la torrencial tormenta, hasta llegados los años ochenta, en que se formó el más grande huracán jamás vivido en estas tierras, con una fuerza destructora que fue arrasando con todo lo que encontró a su paso, causando muerte y terror por doquier.

Tan terrible fue, que en los doce años que duro esta descomunal catástrofe se cuantificaron aproximadamente setenta y cinco mil muertos y una destrucción a nivel nacional de incalculables proporciones.

De repente, todo pasó, sentimos estar en una aparente tranquilidad, y es que habíamos pasado la primera gran pared de este ciclópeo huracán que había durado doce años con sus demoledoras riadas por todo el territorio nacional, nos encontrábamos en este instante en el ojo de la tempestad, en donde no pasa nada, una tensa tranquilidad nos erizaba la piel al pensar que por cualquier lado y en cualquier momento esa engañosa tranquilidad se rompería y estaríamos abruptamente de nuevo chocando con la otra pared del gran remolino sin tener en cuenta el tiempo que duraría y los costos que tendría este nuevo embate por venir. Así fue, a tres años aproximadamente de esa engañosa tranquilidad estábamos, cuando empezamos a sentir los rumores de la segunda pared huracanada que se acercaba y que nos tocaría enfrentar.

Estamos desde hace quince años ya, en medio de este nuevo vortice, que igual que el primero, nos está costando sangre y dolor por todos los rincones de nuestra patria, pero nos encontramos hoy resistiendo, sobreviviendo y luchando con nuevas fuerzas, con la esperanza de salir pronta y definitivamente de esta tempestad.

Este año, un tenue arco iris se vislumbra en el horizonte, dándonos señas esperanzadoras de que si todos los sectores sociales del país nos concentramos en una verdadera mentalidad de cambio, tomando en cuenta   todos los aspectos de nuestra vida, especialmente aquellos que fueron las causas que originaron esta desastrosa faceta de nuestra historia, podremos nuevamente ver salir el sol y entregarle a nuestras futuras generaciones un país de cielo limpio, esperanzador, una patria mas digna de vivir en ella.

Alexman

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