Un gobierno que da sus primeros pasos

Pareciera que los tiempos de espera que tradicionalmente se han dado a los nuevos gobiernos para que puedan instalarse, iniciar planes y presentar los primeros resultados, ahora se acortan ante la gravedad y urgencia de los problemas que padecemos. En este caso particular, la cercanía de las próximas elecciones, en las cuales se volverán a medir fuerzas los institutos políticos y de las cuales también surgirá una nueva correlación de fuerza legislativa influye en acortar aún más este compás de espera.

El nuevo gobierno comenzó con pasos positivos. Inició un proceso de conversaciones con diversos sectores de la vida nacional, en un esfuerzo de búsqueda de los mayores consensos en temas vitales de nación. Nombra un Gabinete de gobierno, que si bien es esencialmente partidario, abre espacios mínimos, como para enviar mensajes a sectores claves de la vida nacional, con los cuales la relación política ha sido difícil y compleja en el pasado. Las declaraciones y mensajes del Presidente aparecen con mesura, tranquilidad y buscando la armonía, lo cual representa un cambio radical en relación al presidente recién pasado.

Contrario a la tradición de izquierda, el nuevo gobierno prioriza la relación con las principales cúpulas empresariales y su referente político: el partido ARENA. Esta visión pragmática, pero también con visión de nación, es apenas digerida por aquellos sectores que se consideraban depositarios de la prioridad en la atención del Presidente. Aunque esto, no le provoca por el momento graves dificultades al gobierno, si podría afectarle en el futuro, en caso haber un cambio de las prioridades en la relación política actual.

El diálogo y la búsqueda de acuerdos amplios en los temas fundamentales de nación, es una necesidad impostergable en nuestro país. Esto lo hemos venido señalando durante años. Pero algunos sectores de nuestra sociedad, que han compartido esta visión, ahora que ven la iniciativa del gobierno de sentarse con los grupos adversos, parecieran ser que se asustan. Hasta hoy los temores son normales y razonables, y en buena medida consecuencia de no estar presentes en el proceso y de tener escasa información de lo que sucede.

Para el gobierno la clave es combinar el diálogo con la acción necesaria, esto no solo por la urgencia de enfrentar  temas acuciantes como la delincuencia, también porque del gobierno se esperan resultados concretos, no informes de conversaciones. El arte está en la combinación armónica de ambos elementos. Diálogo y acción pueden moverse con tiempos diferentes, lo que debe buscarse es que no sean contradictorios.

Para el diálogo se necesita tener propuestas concretas, una determinada correlación de fuerza y una metodología adecuada. Paradójicamente, para las acciones gubernamentales se necesita lo mismo, allí la clave de que se muevan en carriles complementarios.

Si el diálogo es exitoso culmina con acuerdos, estos deben implementarse, allí nuevamente la clave del carril complementario con la acción gubernamental. Mover hacia atrás lo actuado, para darle sentido a un acuerdo no es del todo rentable, pues implica pérdida de tiempo y de recursos. Enriquecer o ampliar las acciones que se realizan para darle cumplimiento a un acuerdo es siempre lo ideal y beneficioso.

Llegar a acuerdos consensuados en temas fundamentales, para los cuales hay visiones muy distantes, es complejo y largo. Propuesta, correlación y método, son los tres elementos que deben jugar a fondo para lograrlos. Por ello el gobierno necesita no empantanarse en la inacción y tener claridad de los tiempos probables que el proceso conllevará.

En esta lógica, tener aprobado un paquete de acuerdos mínimos o básicos para antes de las vacaciones de agosto es fundamental. Ahora es el mejor tiempo para lograrlo, hay una nueva administración gubernamental que genera expectativas positivas, un tiempo de espera y hasta el Mundial de Futbol puede ser elemento a favor de avanzar con poco ruido mediático y de opinión pública.

Al regreso de las vacaciones de agosto, el país entrará en la última etapa hacia el fin de año; en la cual la precampaña electoral se irá convirtiendo en el factor dominante. En la medida en que los partidos entren en esta dinámica, lograr acuerdos será cada vez más difícil, por no decir imposible. El clima de confrontación tradicional irá cobrando fuerza. Hacer concesiones al gobierno podrá ser complicado para la oposición que deberá enfrentarse electoralmente al partido en el gobierno.

Después de la vacación de agosto, a lo mejor lo más sensato será suspender o bajarle ritmo al diálogo. Este no podrá mantenerse por mucho tiempo separado de la dinámica de confrontación que irá en aumento. Forzar su mantenimiento, incluso podría ser peligroso, pues correría el riesgo de terminar en un escenario de conflicto más y podría cerrar las puertas a nuevos intentos después de las elecciones del 2015.

Por ello, es fundamental que a finales de julio haya acuerdos mínimos. A lo mejor lo sensato sea obtener poco pero seguro, que pretender grandes cosas pero imposibles. Acuerdos básicos que puedan implementarse en el contexto electoral, pueden ayudar a bajar el clima de confrontación propio de esa época y puede sentar la base de confianza mínima para continuar después, en abril o mayo del próximo año.

Esto puede caer como balde a agua helada a algunos lectores, que con ansias esperarían acuerdos de gran calado en el corto plazo. Pero prefiero ser realista y proponer una ruta más modesta pero posible. Esperaría que algo avancemos, por el bien del país.

Ayutuxtepeque, 30 de junio de 2014.

4 comments for “Un gobierno que da sus primeros pasos

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