Solidaridad con Haití en este duro momento.

El terremoto de Haití es sin lugar a dudas el fenómeno más conmovedor de los últimos años. Pareciera que toda la crueldad de la naturaleza cayó sobre el pueblo más pobre de América. Las escenas de destrucción y muerte son dantescas, impresionan, pero también deben llamarnos a la reflexión.

 Hace muchos años, un amigo que estaba recién graduado de sociólogo me decía que durante los terremotos la muerte no llega de abajo hacia arriba, la muerte llega de arriba hacia abajo. Son las estructuras que colapsan durante el sismo las que nos matan o hieren. Entre mejor construidos están los edificios, menos posibilidades hay que colapsen.

 Como todos sabemos, en Haití el terremoto fue de 7.0 grados en la escala de Ritcher. Tenía la suficiente fuerza para causar mucha destrucción. Si a lo anterior le agregamos que en ese país se ha construido con ausencia casi total de normas, que regulen la industria de la construcción, el daño es mucho mayor.

 Cuando suceden estas tragedias, son las gentes más pobres y vulnerables las principales víctimas. Sus casas humildes no resisten el embate de las fuerzas de la naturaleza, viven en lugares donde el riesgo es mayor y muchos por la ignorancia no saben como actuar frente al desastre. En Haití donde la pobreza alcanza a más del 80% de la población el daño es inmenso.

 Además el Estado Haitiano es débil, se le ha considerado “Estado fallido”, la presencia de Naciones Unidas y otros organismos internacionales que han asumido funciones que normalmente le corresponden al Estado soberano, son solo un ejemplo de su crítica situación la cual se vuelve particularmente delicada.

 Por todo lo anterior el apoyo que debe brindarse tiene que ser grande y canalizado adecuadamente. Es una excelente oportunidad para demostrar que la generosidad que escuchamos en los discursos se vuelva realidad.

 

 Naciones Unidas debería de organizar un dispositivo de recibimiento y distribución de la ayuda, es mas, debería convertirse en el ente rector y conductor de todo este proceso solidario. Si esto lo asume la ONU habrá más confianza de muchos países, será más eficiente su distribución, garantizando que llega a los más necesitados.

 El gobierno haitiano debe jugar un rol importante pero no el fundamental, es un Estado débil, poco eficiente, políticamente complicado, con riesgo que aparezca la corrupción.

 Es necesario motivar a todos los seres humanos a ser solidarios en este duro momento que vive el pueblo haitiano. Debemos presionar a nuestros gobiernos para que envíen pronta y suficiente ayuda. Debemos promover campañas de recolección de ayuda desde las organizaciones de la sociedad civil.

 El pueblo haitiano esta desesperado y espera con ansias nuestra solidaridad.

 Finalmente algo personal: Gracias a Dios que el hermano de nuestro amigo “Ojo de Halcón” está bien.

También nuestro amigo Luís Felipe, preocupado, indagó sobre otros amigos y recibimos el siguiente correo: Chico Díaz esta bien, se encuentra en San Salvador viajaría a Haití el próximo sábado, al parecer Eduardo esta en USA, no hay confirmacion. 

 Carlos Claramount no se si estaba en  Haití o había sido transferido, Félix Ulloa lo vi en TV hace un par de semanas.

 Si alguien sabe algo mas por favor compartir

 Luis Felipe

Solo estamos pendientes y rogando por la vida y la salud de Gerardo, que al parecer se encontraba en el edificio de Naciones Unidas que colapsó con el sismo,.

Ayutuxtepeque, jueves, 14 de enero de 2010.

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