Sobre los comentarios de Joaquín Villalobos (Primera Parte)

A finales de octubre comencé a escribir este comentario, por falta de tiempo lo fui haciendo a ratos, a marcha forzada. Cuando casi lo terminaba tuve dudas de si valía la pena publicarlo, pues podría estar desfasado, pero Hunnapuh me animó a terminarlo y ponerlo a consideración de nuestros lectores.

Sobre los Comentarios de Joaquín Villalobos. (Primera parte)

Hay que reconocer que Joaquín Villalobos es uno de los comentaristas más inteligentes, formados e ingeniosos con que cuenta la derecha salvadoreña. Hasta hoy no he leído en ningún medio de comunicación alternativo un comentario o análisis que refute seriamente sus argumentos. Todo lo leído son ataques personales, acusándolo que es vendido a la derecha, se le acusa de traidor, de acomodado, etc. Es decir, se recurre a combatir la persona ante la incapacidad de combatir sus ideas.

Nos dicen que como Villalobos es traidor, vendido y asesino de Roque Dalton, entonces, todo lo que dice es mentira, sin refutar las ideas. La calidad moral o intelectual, así como la hoja de vida del que hace un comentario tiene incidencia en el lector, pero también es importante sopesar los argumentos que expone y no solo ver el lado personal.

Joaquín Villalobos ha comenzado a escribir una serie de comentarios en El Diario de Hoy donde intenta demostrar que si votamos por Funes en realidad votaremos por el FMLN. Que el FMLN es el partido de izquierda más radical de América Latina, incluso a la izquierda de Hugo Chávez. Por tanto, el país corre un grave riesgo si llegara al gobierno. Para Joaquín votar por el FMLN es tirar al país al despeñadero. Especialmente en estos momentos de crisis económica mundial. Además un gobierno del FMLN podría ser un grave riesgo para la seguridad de los EUA.

Para comenzar un pequeño detallito. En El Salvador se vota por partidos y no por personas (desgraciadamente). Por ello técnicamente la premisa que “el que vota por Funes vota por el FMLN” es falsa. La cosa es al revés “el que vota en la presidencial por el FMLN, vota por Funes”. Si Joaquín tiene alguna duda de lo anterior le puedo proporcionar un ejemplar de la Constitución de La República y un Código Electoral.

Votadme y os daré felicidad….Votadme y os daremos…
Pero entrando al fondo de su argumentación:

Considero que un problema del FMLN es que el sector moderado, representado por los principales dirigentes del ERP y RN, que estaban destinados a buscar la moderación de ese partido y su modernización simplemente lo abandonaron y dejaron el partido en manos de los que Joaquín califica como ortodoxos. Ese fue el primer error que han cometido los que en diferentes momentos se han salido del FMLN, simplemente se fueron para evitar dar la pelea interna y dejaron el partido en manos de sus adversarios.

Me voy…a Oxford.
Además cometieron un segundo error. Por diversas razones estos grupos que se salieron del FMLN y que conformaron diferentes expresiones políticas, no fueron capaces de construir opciones de izquierda democrática, pues con rapidez se plegaron a los intereses de la derecha y se volvieron funcionales a esta. Por tanto el FMLN nunca tuvo que enfrentar una verdadera competencia de expresiones políticas organizadas de izquierda democrática provenientes de estos sectores que abandonaban sus filas.

Es decir, que de ser cierto el argumento de que el FMLN es el partido político más radical de América Latina, también es necesario señalar la responsabilidad histórica de los que lo abandonaron para no dar la pelea por su moderación. En este listado debe incluirse a Joaquín Villalobos.

Pero es necesario señalar que en El Salvador tenemos uno de los sectores oligárquicos más retrógrados de América latina. Por ello somos uno de los países más atrasados políticamente en la sub región. Esta derecha con visión social y económica cavernaria ortodoxa, con pensamiento anterior a las reformas liberales del siglo XIX, es la que nos ha gobernado a lo largo de nuestra historia. En los últimos veinte años lo ha hecho a través del instrumento político llamado ARENA, pero los orígenes de su control sobre el Estado salvadoreño datan de muchos años atrás. Este sector derechista dominante no tiene cultura de negociación. Esto lo reconoce el mismo Joaquín cuando comenta como les fue de mal cuando firmaron el pacto de San Andrés, que según su tesis, fracasó pues el gobierno no cumplió lo pactado, como consecuencia el Partido Demócrata pagó los platos rotos por esa firma en las siguientes elecciones.

…donde los rojos terminarán….

Por ello no se puede acusar tan fácilmente al FMLN de ser un partido radical que no negocia, pues en realidad hay una contraparte que no tiene cultura de negociación. En todo caso habría que señalar que los dos partidos no tienen historial reciente de acuerdos, que ambos son incapaces de llegar a acuerdos. No podemos cargar la responsabilidad únicamente del lado del FMLN. Si somos objetivos tenemos que acusar a ambos. Incluso deberíamos de cargar mayor responsabilidad en el gobierno pues es quien tiene, a través del Estado, instrumentos para la solución de conflictos utilizando procesos de negociación.

La polarización de la política salvadoreña, ha llevado los partidos que se encuentran en los extremos del espectro, a posiciones que son mutuamente excluyentes. Esto es negativo para el conjunto de la sociedad, por ello no podemos cargar la responsabilidad en uno solo de los polos.

Ungo – Duarte
Los argumentos del temor ante una victoria electoral de la izquierda comunista han sido esgrimidos por la derecha a lo largo de la historia electoral moderna. En los años setenta, del milenio pasado, cuándo surgió la Unión Nacional Opositora (UNO) se esgrimió este mismo argumento contra el entonces candidato presidencial José Napoleón Duarte, que fue acusado de comunista. Durante la guerra que sufrimos en los años ochenta todas las organizaciones del FMLN y sus dirigentes fueron acusados de comunistas y terroristas, incluyendo a Joaquín Villalobos. En las elecciones presidenciales de 1994, cuando el FMLN participó por primera vez, el mismo argumento fue utilizado a pesar de que Joaquín Villalobos y otros que luego abandonaron esa institución eran dirigentes del partido FMLN.

Es por ello, que este argumento tiene escasa credibilidad, pues se ha convertido en un recurso psicológico que al volverse recurrente, ha perdido su efectividad para ganar elecciones a base del miedo. Basta recordar la famosa frase de la fábula “Hay Viene el Lobo”. Además en estos momentos de recesión económica mundial, el debate político serio y de fondo es entre un capitalismo voraz que nos ha llevado al abismo como consecuencia de la mal entendida libertad económica, por una parte, y por otra, la necesidad de regular los mercados fortaleciendo el papel del Estado para intervenir en la economía. No tiene sentido el debate entre comunismo y capitalismo.

¿Radicales?
¡Prefiero polinomios simples!

Por otra parte, es necesario preguntarnos ¿Qué tan radical es en realidad el FMLN? Para empezar quiero señalar que la palabra radical es usada en un sentido diferente en el debate político. Ser radical es llegar a la raíz de los problemas, los hechos y en general los fenómenos sociales. Por tanto la radicalidad en el plano teórico debería ser una característica fundamental del pensamiento científico, que busca encontrar el origen y la explicación de los fenómenos de la naturaleza y la sociedad. Pero en el léxico político la palabra radical es sinónimo de extremismo. Por ello vale la pena reformular la pregunta ¿Qué tan extremista es en realidad el FMLN?

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