Se inició la etapa de transición gubernamental

El panorama político volvió a dar un vuelco en los últimos días. El resultado de la segunda vuelta puso al país en vilo. El partido que perdía la segunda elección no aceptó los resultados desde la noche misma de la elección, se lanzó a la pelea por todas las vías posibles, desde la violencia callejera hasta la presentación de todo tipo de denuncias y demandas legales. Algunos sectores de la vida nacional se plegaron a esta conducta bajo diversas formas, que iban desde destacarlas como noticias, comentarios y pronunciamientos afines en los medios de comunicación, hasta posiciones personales de dirigentes de gremiales empresariales y tanques de pensamiento. El objetivo era no reconocer el resultado electoral y como consecuencia deslegitimar el proceso electoral y al futuro gobierno del FMLN. Esta situación generó un exceso de tensión política, social y económica que puso a prueba la institucionalidad del país. Entre el 9 y el 24 de marzo El Salvador parecía que entraría a una crisis sin precedentes.

Mientras este desbordamiento se producía, la institucionalidad del país continuó su funcionamiento. El TSE fue avanzando en la línea procesal que indica el Código Electoral, se fueron agotando las distintas etapas que la ley señala para convertir la voluntad ciudadana expresada en las urnas en resultados definitivos. La Fiscalía General de la República recibía e iniciaba los procesos para las denuncias presentadas, todas sin fundamento, pero que había que iniciar procesos. La Sala de lo Constitucional recibía los recursos e iniciaba su revisión para determinar su admisión.

Toda esta situación comenzó a dar un rápido vuelco el día 24 al final de la tarde, cuando el TSE, declaró improcedentes los recursos presentados por el partido ARENA y declaró en firme los resultados de la segunda elección presidencial, convocando al siguiente día para el acto solemne de la entrega de credenciales a la fórmula presidencial ganadora. El día 26 la Sala de lo Constitucional declaró inadmisibles los recursos presentados por el partido ARENA. Con estas dos acciones se cerraba el capítulo de las elecciones, ARENA se quedaba sin argumentos legales y de legitimidad, lo cual daba paso a la siguiente etapa de este proceso, cerrando en forma definitiva la coyuntura iniciada el día de la segunda elección. Pero lo más importante era que la institucionalidad legal y democrática había logrado demostrar que puede funcionar en los momentos de crisis.

Ahora el país está en la etapa de transición al nuevo gobierno. Esta etapa es siempre compleja, a pesar de que los puntos en común, tanto de las autoridades salientes como de las entrantes, son muy fuertes. Hay una diferencia que es importante tener en consideración. Pasamos de un gobierno en que el FMLN tenía un rol importante, a otro gobierno que será de su total responsabilidad. El gobierno de Mauricio Funes, si bien había ganado con la bandera del FMLN no puede ser calificado como un gobierno de partido en el sentido clásico de la palabra, el hecho que el Presidente de la República no ha sido un militante y que ha actuado con mucha independencia del partido que lo postuló, le imprimió una característica especial a su gestión gubernamental. La participación del FMLN en el gobierno ha sido determinante, pero el conductor es un presidente no partidario con el cual hay capacidad de dialogo pero no de sujeción. Para las decisiones claves Funes ha contado siempre con un equipo que no es partidario.

La designación que hizo Salvador Sánchez Cerén de su equipo de transición, integrado exclusivamente por altos dirigentes de su partido es un mensaje claro al país. Si bien procurará un gobierno de participación más amplia que su partido, pero la designación de cada uno de sus integrantes claves estará determinada por la visión del partido y será de su pleno consentimiento. Esto no necesariamente es malo, ni debe ser mal visto per sé. Esta medida indica que es el partido quien asume de manera directa la configuración de la nueva conformación gubernamental. Por ello, con esta medida asumen la responsabilidad completa del nuevo gobierno.

Uno de los retos que el nuevo gobierno deberá enfrentar es como mantener la continuidad en la orientación principal y de las cosas que se hicieron bien, con las debidas modificaciones para corregir errores y profundizar el proceso de poner al Estado al servicio de toda la nación con su diversidad de sectores e intereses.

Las conductas de los dos grandes actores políticos, en esta etapa de transición gubernamental son fundamentales y deben ser evaluadas permanentemente por la sociedad. Por una parte el partido ARENA ha dado también un vuelco en sus posiciones políticas, han reconocido a regañadientes el resultado electoral y han comenzado a dar muestras de buscar entendimientos en los temas de nación, además se preparan para iniciar un complejo proceso de evaluación interna y de cambios en distintos niveles de su conducción que no serán nada sencillos.

Por otra parte, el FMLN inicia el proceso formal de transición con el actual gobierno, comienza a dar los primeros anuncios de los titulares de su gabinete e inicia proceso de conversaciones con diferentes sectores de la vida nacional. Un panorama completamente diferente al que teníamos en los primeros quince días después de la segunda elección.

En estos momentos pareciera que estamos retomando el buen camino, así deben ser y hacerse las cosas. El país necesita responsabilidad y madurez de los dirigentes políticos. Hemos señalado en innumerables ocasiones que el país necesita más diálogo y menos confrontación, necesita más concertación y menos imposición, más democracia y menos autoritarismo. Hemos dicho hasta la saciedad que los complejos y estructurales problemas que padecemos no es posible que una sola fuerza política los resuelva, se necesita del concurso de todos.

Las elecciones han definido quien debe gobernar el país. Pero el resultado de la segunda vuelta nos deja el mensaje que se debe conversar para lograr que diversos sectores puedan participar en él. Esto es más complejo pero es necesario. Vendrán momentos difíciles, no es fácil integrar visiones e intereses distintos, pero siempre es posible lograrlo. Esperemos que este camino que apenas comienza, avance, se fortalezca y nos ofrezca resultados positivos para el país.

Ayutuxtepeque, 05 de marzo de 2014.

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