Los jóvenes son la clave de nuestro futuro

menores

La noticia lo dice todo, los menores de edad están siendo usados por las maras y otras estructuras criminales,  para cometer todo tipo de actos delictivos, desde el hurto hasta el sicariato, pasando por el tráfico de drogas, prostitución, etc. y todo por las leyes que los protegen, pero esto no debe dar pauta para pedir que se deroguen dichas leyes, sino que para que la apuesta de toda la sociedad sea en beneficio de los jóvenes.

Pero esta apuesta no la puede hacer únicamente el gobierno, sino que todos los diferentes actores de la sociedad, la familia, las escuelas, la empresa privada, la religión, la comunidad.

Existen planes para la prevención de violencia que involucran a los jóvenes del país, pero estas ideas fracasarán si carecen de la continuidad e integralidad en su ejecución, es decir que si no se logra eliminar el control territorial de las maras, no se podrá evitar que acosen a los jóvenes para integrarlos a dichas estructuras, si no se garantiza ocupación del tiempo de ocio y más adelante ocupación remunerada a los jóvenes no se podrá evitar que busquen su sustento en lo mas fácil, pertenecer a una mara.

No todos los jóvenes que viven en zonas de control marero, pertenecen a una pandilla, pero para la policía, todo joven saliendo de una de esas zonas es un marero en potencia y por lo tanto tratado como tal.

Los he visto acosando a dichos jóvenes, contra la pared y revisándolos como si fueran delincuentes, pero es que al no tener control territorial, la policía desconoce quienes son y quienes no lo son.

Este problema no puede ser abordado únicamente desde el lado de las estrategias de seguridad pública, sino desde el lado educativo, cultural, religioso y familiar, deben involucrarse profesionales en antropología, psicología, sociología, además de criminólogos.

Deben apoyarse activa y materialmente a las instituciones que trabajan con jóvenes, desde iglesias con grupos juveniles, escuelas con actividades extracurriculares, asociaciones deportivas, Boy Scouts, etc.

Pero al mismo tiempo debe ampliarse el poder y base operativa a la Policía Nacional, mejorándoles el sueldo, dotándoles de recursos y material para poder establecer zonas de verdadero control policial, si es necesario crear los famosos “comités de barrio” que tanto pavor causan en los más furibundos anticomunistas, pero que mantienen control sobre lo que hacen los jóvenes, como es el caso de Nicaragua que no tienen problemas de mara, a pesar de que la pobreza en el hermano país es más severa que en nuestro caso.

Pero es una batalla que hay que comenzar a darla ahora, no mañana, ni mucho menos pasado mañana, ya que de seguir así, no tendremos un mañana para vivir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.