Las inconsistencias en el secuestro del hijo del alcalde migueleño.

El alcalde migueleño ha hecho del secuestro de su hijo, un pequeño show mediático. Talvez lo hizo sin intensión pero su estilo tan característico lo llevó con rapidez al espectáculo. En el arrebato de sus declaraciones Salgado no se da cuenta de las contradicciones en que cae. Nos cuenta una historia que se vuelve poco creíble, todo por querer llevársela de héroe.

 Salgado declara que su hijo fue llevado con engaños por una mujer a un lugar donde fue plagiado; el engaño incluye a su seguridad, que aceptó la petición del futuro secuestrado de que lo dejaran ir solo. Es decir que la mujer sí sabía a quien estarían secuestrando. No es creíble lo que nos dice Salgado sobre que los plagiarios que negociaban con el celular de su hijo no supieran quién era el padre del plagiado.

 La historia de que cuando les llevó el dinero del rescate los secuestradores le pusieron la pistola en el abdomen y eso enojó al alcalde, quien inició el forcejeo, es poco creíble. También es poco creíble lo que cuenta, que al intervenir la policía salió corriendo con su hijo y aparentemente los secuestradores no les dispararon.

 Salgado atribuye lo sucedido al nerviosismo de los delincuentes, quienes habrían cometido el secuestro sin autorización de su pandilla o mara; pues la mara (según dijo), no realiza ese tipo de actividad. El alcalde debería saber que el llamado “Secuestro Express” que sufrió su hijo es un estilo de extorsión que está muy difundido entre las Maras en El Salvador, pues se realiza sin gran costo de infraestructura y de recursos económicos; les permite obtener varios miles de dólares es pocas horas. Un secuestro profesional se planifica durante varios meses, requiere de infraestructura (casas, vehículos, etc.), requiere de un plan de negociación con los familiares de las víctimas, de mecanismos más complejos de entrega del rescate, etc.

 El secuestro del hijo de Salgado nos demuestra que la delincuencia está escogiendo víctimas en escalones cada vez más altos de la sociedad. A este hecho se suma el secuestro de otro funcionario de gobierno que ha sido dado a conocer este día en algunos medios de comunicación.

 Los que creen que con guardaespaldas tienen resuelto su problema de seguridad pueden tener una desagradable sorpresa. Esta debería ser la reflexión que hubiésemos esperado de un líder de opinión como el alcalde de San Miguel.

 Ayutuxtepeque, jueves, 28 de abril de 2011.

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