Historia de la letra eñe.

Desde que me dieron mi primera laptop con teclado inglés, me acostumbré a no escribir con eñes, y cuando es necesario, intento no ocupar palabras que conlleven eñe. Pero éstos días todo mundo se lo toma demasiado personal y ya mejor me puse a investigar porqué les alteraba tanto mi falta de eñes en la mayoría de mis textos, ¡textos personales! Y es que, cuando entrego trabajos en la Universidad sí las ocupo, claro. Pero bueno, puse a investigar la importancia de la eñe y encontré un texto del que iré copipasteando algunos fragmentos.

¿No celebrar una fiesta de cumpleaños? ¿Ser incapaz de soñar? O peor aún, ¿no poder hablar español? Porque todo eso ocurriría si la letra Ñ no existiese en nuestro alfabeto.

Perdón, perdón, así empieza el texto, entiendo que se refiera al uso de las eñes pero no había que ponerse tan dramáticos. Creo. Yo celebro cumples, yo sueño [¡mucho!] y hablo español, quizás no lo escriba perfectamente, gracias a mi defecto de no sentir pasión por las eñes pero sí lo hablo… y con un acento rico y palabras extrañas como las que me ha enseñado El Salvador. Ya, ya, sigo.

La ñ, letra característica del español, es la decimoséptima letra del abecedario.  El origen de esta consonante tan particular parece remontarse a la edad media. […] Nuestra Ñ procede de una abreviatura latina, del uso doble de la n en palabras como “anno” e “Hispannia”. Y en ocasiones, al escribir las dos enes, una se montaba sobre otra, de la siguiente forma:

Con el paso del tiempo, la n pequeña se redujo a ser un simple signo ortográfico, una virgulilla, hasta que finalmente nació la castiza ñ como hoy la conocemos. El sonido palatal nasal quedó ligado a esta consonante, que ha sido adoptada por algunas lenguas como el aymara, el bubi, el gallego, el guaraní, el quechua o el tagalo. Otras lenguas románicas, sin embargo, han mantenido una doble grafía para este sonido: ny en  catalán, húngaro o indonesio entre otros; gn en francés e italiano, o nh en portugués.

A pesar de ser una letra usada en castellano desde el siglo IX, su uso en las nuevas tecnologías era casi nulo, debido a la supremacía del inglés. Sin embargo, la polémica originada por el proyecto de la Comunidad Económica Europea en 1991 de que en España se comercializasen teclados sin Ñ hizo que se luchase no solo por su conservación, sino también por el reconocimiento que esta letra merece. En primer lugar la RAE, y numerosas figuras del ámbito cultural de la talla de García Márquez, se manifestaron contra esta medida. Hoy día, la Ñ es símbolo único de un idioma que hablan casi 500 millones de personas, preside el logotipo del Instituto Cervantes, y poco a poco va adquiriendo reconocimiento en el ámbito virtual.

Entendí, igual y por el Gabo sí lo cambio…

El post lo encontré en este sitio: Español – Historia de la Eñe.

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