Hablando de las maras en El Salvador (Colaboración)

Por Salvador López.

Yo puedo decir y sin temor a equivocarme, que el problema de las maras en El Salvador ha llegado ya a niveles estratosféricos. Yo definitivamente no estoy ni nunca estaré de acuerdo con lo que ellos hacen. Someter al pueblo que los vio nacer y reír y llorar a semejante calvario. ¿Qué es lo que el pueblo les ha hecho para tratarlo así?

Están atormentándolo como si fueran los padrastros o algo así por el estilo.

Las madres y los jóvenes no tienen por qué pagar el pecado que otros han cometido.

El gobierno de este presidente Mauricio Funes no tiene ni la capacidad ni la autoridad para poder decir: ya basta, hasta aquí, de ahora en adelante será el pertenecer a cualquier mara un delito que será castigado con la muerte en la plaza pública, no fusilado si no a pedradas o con latigazos para que los demás aprendan la lección. El presidente no puede ni decir ni hacer eso.

Aquí no estamos en la época del presidente Martínez, o en las épocas cavernícolas, estamos en pleno siglo 21 y por lo tanto habría que actuar en forma más humana.

El problema de las maras todo el mundo lo sabe.

Esto comenzó hace rato ya.

Fue en los Ángeles, California donde nacieron las pandillas y no porque querían ser malos como personas si no porque querían defenderse de otras maras violentas ya existentes en la región que los acechaban y los discriminaban por el simple hecho de ser de otra parte del mundo y no hablar su idioma.

Así se formaron y así crecieron esos hijos de padres que tuvieron que salir de su patria querida no porque quisieron sino porque tuvieron que salir para poder defenderse de la persecución política de los gobiernos de entonces y los escuadrones de la muerte que perseguían a todo aquel que oliera a estudiante o sindicalista o simplemente porque alguien le había puesto el dedo por algo.

Estos padres eran personas honestas y buenas y su único delito fue el ser pobre y reclamar sus derechos que como personas les correspondía.

Allí en esa salida tan de repente, algunos dejaron atrás sus casas, sus pertenencias, los que tuvieron suerte se llevaron a sus hijos y otros abandonaron todo, su mujer, sus hijos, todo aquello que más querían, y salieron huyendo hacia el Norte, a buscar esa felicidad tan ansiada en el país más rico del mundo.

Pero la vida allí no fue exactamente lo que se buscaba.

Lo que se encontraron fue una vida amarga, sin dinero, sin comida, sin trabajo y sin nadie que dijera ven conmigo yo te ayudo, yo te daré de comer, te conseguiré trabajo y una vivienda digna donde tú puedas decir esto es mío, al fin he conseguido lo que en mi país se me ha negado por siglos.

Eso nunca paso, cierto es que hubieron organizaciones de Centroamericanos que con la ayuda de ciertas instituciones, lograron montar proyectos en torno a los refugiados Centroamericanos y lograron mucho, pero ese mucho no dio abasto, porque la gente especialmente de El Salvador, Guatemala y Honduras continuaban llegando a Los Angeles por motivos políticos y esos proyectos no daban abasto para poder mantener tanta gente.

La vida en Los Angeles, California, es una vida dura, la gente pasa penas y muy duras, hay que trabajar duro a la vez que hay que esconderse de la migra, y entonces… ¿Qué pasa con los hijos?

Ellos hacen lo que pueden, buscar amigos, Buenos o malos que importa.

Los padres muy cansados y preocupados por la vida no se dan cuenta de lo que sus hijos hacen, y en ese llegar y venir se enrolan en las pandillas algunas veces sin darse cuenta de lo que hacen y allí comienza la película…

Se convierten en actores importantes de las pandillas y un día son deportados y ¿Que se encuentran cuando llegan a su patria? Nada… aquí no tienen más familia que las mismas maras y hay que sobrevivir por supuesto, ¿Cómo?, eso no es lo importante, hay que aprender a matar y a robar si es que acaso todavía no se sabe cómo.

Todos esos gobiernos atrás del Presidente Funes no hicieron nada para solventar el problema y ese mal creció y creció y nadie le dio la atención debida y ahora podemos ver los resultados de esa enfermedad que se ha convertido en una cosa maligna de mayores proporciones.

Lo que las maras hacen es inmoral, desde todo punto de vista, pero lo que piden es correcto: Una oportunidad de ser parte de esta sociedad, una oportunidad de trabajar, de ir a la escuela y ser gente de paz y ahora se topan con que la única oportunidad existente en este medio es la cárcel y el abandono.

¿Que camino tomamos ahora? Bueno: hay que robar, hay que matar, extorsionar, y hay que hacer hasta lo imposible para poder vivir.

Que haría usted si su pariente estuviera en el mismo camino lleno de espinas o si fuera usted mismo el que esta topado sin caminos mágicos para encontrarle solución a todo eso que no le gusta pero que tiene que hacer porque la verdad es que no hay otra salida. ?

Bueno ¿Y ahora quien podrá ayudarnos?

Nadie… nadie podrá ayudarnos porque a nadie le interesa nuestro problema, somos nosotros los que debemos de encontrar la solución a esta enfermedad que quiérase o no nos está llevando poco a poco al abismo total.

El Salvador fue, es y será un pueblo violento por excelencia.

Nosotros somos violentos desde el día que nacimos y es que hablando a calzón quitado, esa es la realidad.

Yo lo he dicho más de una vez….nuestro gran poeta Roque Dalton nunca jamás se equivocó en lo que dijo…los primeros en sacar el cuchillo…los hace lo todo, los come lo todo…los sembradores de maíz en plena selva extranjera, los arrimados… los mendigos, los mariguaneros….Guanacos hijos de puta…eternos indocumentados… los tristes más tristes del mundo.

Los que mataron a Roque, deberían de pedir perdón por lo que hicieron, por lo menos eso, aparte de decirnos donde dejaron el cuerpo.

Bueno… pues como decía… si somos violentos desde que nacimos nosotros los guanacos hijos de puta, entonces que no nos sorprenda la violencia actual.

El presidente Funes no puede ni hará nada para solventar el problema de las maras.

Le queda poco tiempo para terminar su mandato, y es muy pero muy difícil de esperar un milagro, porque de todas formas los Milagros no existen, hay que trabajar basados en la realidad y la realidad esta allí, nuestro presidente no tiene el poder,

no tiene el poder ni la autoridad para hacerlo, ese poder solamente lo tienen los encargados de desarrollar el programa del Nuevo Orden Mundial, porque a ellos si les conviene que los pueblos se encuentren en crisis para así poder gobernar junto a la iglesia en el Nuevo orden mundial.

Orando y visitando las Iglesias todos los días no nos ayuda, las maras, las penas y las angustias siguen creciendo. Dios es sordo y mudo y si no pregúntenle a todas aquellas madrecitas que a diario buscaron a sus hijos desaparecidos durante la Guerra, aunque estuvieran enfermas de pesar y de llanto, muchas de ellas murieron con las esperanzas de encontrar a sus bachilleres, jornaleros, maestros, estudiantes, vendedores de lotería, abogados, poetas, curas, etc., etc.

Somos violentos desde que nacimos…Lean por favor las historias prohibidas del pulgarcito, allí descubrirán lo que el conquistador Don Pedro de Alvarado informo a su jefe inmediato Don Hernán Cortez al volver derrotado de su primer intento de someter a los pipiles de Cuscatlán. En El Salvador todos nacimos medio muertos.

Las maras violentas crecerán y crecerán hasta llegar a tener el poder y entonces… ¿Quien podrá salvarnos?

¿El gobierno?… no

¿La iglesia?…no

¿Dios?… no

Somos nosotros los Guanacos hijos de puta los obligados a encontrar respuesta a nuestro caso.

El mundo no está con nosotros… nosotros somos el mundo

El gobierno esta allí para seguir las reglas del juego.

Entre más tengan al pueblo con hambre, con miseria y analfabetismo,

Más fácil es de gobernar.

Los diputados viven para engordarse y comprar nuevas corbatas multicolores.

La iglesia para amasar el diezmo

Dios es sordo y mudo y ciego, porque Dios solamente es un amigo imaginario que se creó para mantenernos a todos medio muertos, medio vivos.

Los ricos viven para proteger la propiedad privada.

Y para terminar, yo quisiera pedir perdón a la familia de Roque por mencionar su nombre muy a menudo, pero es que vivir sin Roque…me desespera.

Entonces y como dijo el…

Yo acuso a la propiedad privada

De privarnos de todo.

Salvador López

Mayo 15 – 2013

Desde Canada

3 comments for “Hablando de las maras en El Salvador (Colaboración)

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