Filosofía Pipil: La tierra I

 

2. La tierra de la cual la fruta succiona la fuerza.

La fruta del campo "que succiona la sangre de la tierra" ata al indìgena a la tierra como fuente suprema de vida.
pipil_latierra Esta ligadura se manifiesta aun hoy en día con el campesino, mitad indio, mitad blanco, pero profundamente atado a la tierra, para él su maxima aspiración es poseer su propio terreno para cultivarlo y producir el fruto, su primer pilar.

La concepción humana de la tierra es el Viejo en la Montaña, llamado simplemente né culet.
El mora allí, con los muchachos de la Lluvia, El tiene allí sus jardines de cacao y plátanos.
Él es el amo y señor de los animales y de los páramos y guarda los tesoros del Sub Suelo.
El Señor de la tierra es tambien el padre de los animales, la fuerza de germinación que el Viejo ha guardado en los huesos, a la que todavía le agrega las plumas, son una representación columnar de la vida.
Los Tepéua o muchachos de la lluvia traen a la memoria a los dos heroes del Popol Vuh, es decir Hunapú y Xbalanque, los dos hermanos semi dioses cuyas aventuras se narran en buena parte del libro del quiché.
Los muchachos de la Lluvia nacen en manada, de la fruta del morro; crecen y se hacen cazadores bajo el resguardo de la madre de aquel hombre en cuyo hombro alguna vez reposò la cabeza de la mujer.
Relataremos la aparición de los muchachos de la lluvia.

1. La mujer despedazada

Némik se tágat munamiktíxtuk, gipìa-tuya ni i siuau, uan intè gimatigátka, ga gísa ga tayúua. Semáya gida-gátka, ga tátuui gipía ti gíkua teiséya. Erase un hombre casado cuya mujer, sin él notarlo, se le alejaba por las noches. Atendía solamente, que su comida estuviera lista cada mañana.
Némik sé, ka gipaciuía uan gílik: "sikpactui ne mu síuau: gísa ga tayúua, pal yukúci uan se séyuk". Decía uno, que vigilaba: "Cuida a tu mujer: ella se va por la noche, para dormir con otro".
"Tigídas, ga ixkía, ga gísa, ga gitalía se kuáuit tankúpa ne mu táken, pal tikmáti, ga né némi mu náuak!" "Tu puedes ver, que es verdad, que sale y deja un leño debajo de tu cobija, para que pienses, que ella esta junto a ti!"
Uán gipactuía uan gídak, ga ixkía, ga giski; uan intiátka gilik.
Kan tátuuik, yáxki i can né, ka gilixtuk, uan gílik: "ixkía teiné tinecilik ! Yaxki ne i txuntékun, yáxket ni i mexméi, kuagúni yáxket ni mexmetskúyu, – Sémaya náka ni i uéika.
Entonces él tuvo cuidado, y vio que ciertamente era así; que salía pero él no dijo nada.
Cuando amaneció, fue al rancho de aquel, que se lo habia dicho y dijo: "Es verdad lo que has contado! Se fué la cabeza se fueron sus brazos, luego sus piernas, – Solo el Tronco quedó"
Uan nemá ne séyuk gatayúua mugétski tacía, kanné kuxkupéutuk, uan gídak: náktuk ísel i naxnakáyu uan yaxki mutéga gicía, kéman yuuits. A la noche siguiente se levantó para ver como se separaba el cuerpo, y vió: que solo las masas de su carne habían quedado, luego se acostó para vigilar su regreso.
pipil_quetzal Asan kan tátuuik, yáxki gilía, ga gitstuk: kanné kuxpupeutuk, – isel naxnakáyu.  Cuando amaneció, salió, para contar lo que había visto: ahí solo masas de carne quedaron, – de donde se había separado.
Uan gílik: "ásan pal magída, ga tigítstuk, susíkui se uáxkal uan nésti; uan tikmá istat, tikmá kanné kuxkupéutuk, kuagúni tíau timutéga, tikcía, kéman yúits. Y dijo (el vecino): – Para que ella vea, que tú la has observado, toma un huacal con ceniza; le agregas sal. Se lo untas en las partes eridas por la separación y vigilas.
Kúagúni kan uálak ni tsuntékun, musáluk, – nte uélik! * Musáluk sémpa, – Nte Uélik, uétski, mukueépki musualúua, – Inté uélik! Luego te acuestas de nuevo, y observas -Cuando regresa ella!. Cuando la cabeza regresó se reclinó(al tronco) – no se pudo!,* Se reclinó de nuevo y no se pudo, se cayó, se reclinó – No ser pudo!
Kuagúni uíts ni mexméi, – inté uélik, kuagúni uíts ni mexmetskúyu, – kenáya, inté uélik, kuagúni tagétski ne tsuntekúmat**: "Simugétsa!" Después vinieron los brazos, – no se pudo. Le siguieron las piernas, – lo mismo, no se pudo. Entonces habló la cabeza (la comparación con la calabaza confirma la imagen de la cabeza separada del tronco): "-Levantate!"
"téi tiknégi?" (El esposo) "¿Que deseas?" pipiles
"Simugétsa! niknégi masinecíli, tiga tikciútuk ne intéyec, uan palté timukuépa tikcíua, niumusalúua mú tec!" (La cabeza) "-Levantate! Quiero que me digas, por qué has actuado tan mal (litralmente, por qué has hecho cosa tan horrenda). Y para que no lo vuelvas hacer, me sujetaré de tí!"

 

continuará….

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