Estados Unidos es Disneylandia

Estados Unidos es Disneylandia

Fuente:
https://www.sott.net/article/379539-America-is-Disneyland
Chris Kanthan
Sott.net
9 marzo 2018 

¡Disneylandia es el lugar más feliz de la Tierra! Millones de familias visitan el parque temático cada año para disfrutar de este mágico lugar de atracciones, extraordinarios espectáculos y animadas figuras de dibujos animados / caricaturas. Todo es limpio, perfecto y alegre. A menos que… usted se dé cuenta de que Cenicienta podría ser de hecho una indigente. Así es, el 10% de los empleados de Disneylandia se encuentran sin hogar, muchos más reciben cupones de alimentos y el 75% luchan por sobrevivir.

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¡Bienvenidos a Estados Unidos!

¿Le suena familiar? Piense en Estados Unidos. Detrás de la fachada de ser el país más grande del mundo con el mayor PIB y los multimillonarios más ricos, hay decenas de millones de estadounidenses que han sido rezagados justo como los empleados de Disney.

Este modelo neofeudalista no se restringe a Disney o Walmart, es sistémico. Por ejemplo, el conductor de autobús de Apple (empresa con 280.000 millones de dólares en efectivo) se ve obligado a dormir en una camioneta porque no puede pagar el alquiler de Silicon Valley; los trabajadores de la cafetería de Facebook viven en un garaje; y miles de empleados de American Airlines se ven obligados a depender de cupones de alimentos.

Estados Unidos está siendo devorado por la avaricia corporativa; y Disneylandia ha sido tomada por Scrooge.

Veamos algunas estadísticas de Disney Inc.


Ganancias totales por año: 9 mil millones de dólares.

Total de empleados: 200.000


Note que las ganancias reflejan lo que queda después de que todos los gastos, incluyendo los salarios, hayan sido pagados. Así que, en un mundo utópico, la gerencia de Disney haría las cuentas (9 mil millones / 200.000 = 45.000 dólares) y enviaría un cheque de, por ejemplo, la mitad de eso, o 22.5 mil dólares, a cada empleado, incluido Mickey Mouse. Ese tipo de reparto de ganancias haría que Disneylandia fuera realmente el lugar más feliz del mundo. ¿Sucede eso? ¡De ninguna manera!

¿Recibe la Cenicienta un cheque de, tal vez, 20.000, 10.000, 5.000 o hasta 1.000 dólares? No, no, no, no, no, no. La Cenicienta no recibe nada de nada, cero, nulo, ni una pizca. Ella debe contentarse con el salario de 12 dólares por hora y debe sonreír feliz para los niños.

En Disneylandia, la Cenicienta nunca conoce a su príncipe.

Al CEO (director ejecutivo) de Disney se le paga 46 millones de dólares al año, lo que equivale a 23.000 la hora. Imagine al CEO de Disney trabajando el 2 de enero. Le desea a algunas personas «feliz año nuevo», pide café, se sienta en su escritorio, hace algunas llamadas telefónicas… y ya ha ganado más dinero del que la sirenita Ariel ganaría durante el resto del año.

Por supuesto, el CEO debería cobrar más, ¿pero merece un salario equivalente a 2.000 empleados de Disney? Si el CEO no se presentara a trabajar por un día, Disneylandia continuaría funcionando. Si 2.000 empleados se tomaran un día libre, el parque tendría que cerrar.

En la década de los sesenta, la relación entre el salario de un director ejecutivo y el de un trabajador era de 25 trabajadores por salario de gerente. Hoy en día es a menudo de 600 o más, a veces incluso más de 1000 (por ejemplo, en Walmart). Gran parte de la remuneración de los ejecutivos viene en forma de opciones de acciones y bonos basados en el rendimiento de las acciones. En un mundo racional y ordenado, los directores ejecutivos aumentarían sus ingresos y ganancias para obtener bonos. Ya no más.

Ahora, los CEO simplemente usan una solución sencilla para aumentar el precio de las acciones; se llama readquisición de acciones o recompra de acciones. Esto implica que una empresa utilice las ganancias corporativas (o incluso dinero prestado) para comprar sus propias acciones. Por cierto, esto solía ser ilegal hasta la década de 1980.

Desde 2007, las corporaciones estadounidenses han gastado billones de dólares en recompras de acciones. Sólo en 2018, gastarán 800.000 millones de dólares en esta herramienta de ingeniería financiera (que también ha dado lugar a una enorme burbuja bursátil). No usarán los miles de millones para contratar a estadounidenses, aumentar los salarios o innovar en nuevos productos. En su lugar, los directores ejecutivos comprarán yates y dirán que los chinos o mexicanos nos roban el trabajo.

¿Reciben los empleados con bajos salarios de Disneylandia opciones para el reparto o la adquisición de acciones? Sí, es una pregunta tonta.

Por lo tanto, tenemos una situación en la que los empleadores estadounidenses explotan despiadadamente a los trabajadores estadounidenses. Éste no es un buen modelo para un país. China y México no nos hacen pobres; el capitalismo depredador sí. Nótese, no el capitalismo, sino el capitalismo depredador. Cualquier cosa buena puede ser distorsionada hasta que se convierta en un espejismo de lo que está destinada a ser.

Pagar buenos salarios a los empleados que trabajan duro no es socialismo o comunismo. Henry Ford lo entendió cuando en 1914 duplicó con creces el salario de sus trabajadores.


Sin embargo, 100 años después, maximizar las ganancias se ha convertido en un dogma fundamentalista. Puede imaginarse una conversación entre los ejecutivos agrícolas de una fábrica:

Tipo #1: ¿Por qué demonios están estos pollos vagando por las granjas? Ahorraríamos tanto dinero si los encerráramos en jaulas.

Tipo #2: ¡Qué idea brillante! Encerremos a cinco pollos en una jaula. Ahorraremos más. Más es siempre mejor.

Tipo #3: Realmente no entiendo por qué les damos ensaladas caras y cosas saludables. Podemos alimentarlos con maíz transgénico y soja transgénica baratos de mis amigos de Monsanto.

Tipo #4: Los expertos me dicen que si les damos cafeína y antidepresivos, los pollos permanecerán despiertos más tiempo, comerán más y engordarán más.

Tipo #5: Y cuando se enfermen, los llenamos de antibióticos y esteroides.

Tipo #6: Estos estúpidos pollos también son tan pequeños. Podemos drogarlos con algunas hormonas de crecimiento. Estoy recibiendo mucha presión de los fondos de capital privado sobre las ganancias por pollo.

Aparte de ser inhumano y psicópata, este sistema olvida, o más probablemente ignora, el hecho de que tenemos que comer estos pollos, y que también vamos a ingerir bichos resistentes a los antibióticos y esteroides, pero ¿quién va a rastrear los efectos negativos para la salud y llegar a los médicos de los pollos? Pollos enfermos = gente enferma. Llámalo Karma o la «venganza de los pollos».

Del mismo modo, trabajadores pobres = país pobre. Y usted puede imaginar una conversación similar entre los ejecutivos corporativos con respecto a los trabajadores: «recortemos sus salarios y beneficios», «hagamos que trabajen horas extras», «contratemos empleados a tiempo parcial en lugar de a tiempo completo» y así sucesivamente.

No se puede hacer crecer la economía si los trabajadores estadounidenses no cobran lo suficiente, especialmente por parte de corporaciones multimillonarias y rentables. 2/3 de nuestro PIB se basa en el gasto del consumidor. No es de extrañar que en los últimos diez años, la economía estadounidense haya crecido acumulativamente sólo un 35 por ciento. Compárese con la de China, que creció un asombroso 200% durante ese mismo período.

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Crecimiento del PIB nominal – China contra EEUU

 

Y no es una coincidencia que el salario promedio de China se hayan más que duplicado en el mismo período:

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China: Salarios promedio anuales


La solución para los salarios bajos está principalmente en manos de las élites corporativas. Los sindicatos laborales son casi inexistentes en el sector privado de EE.UU. en estos días; y el gobierno no tiene mucho control sobre el Estados Unidos corporativo (de hecho, las corporaciones ejercen un gran control sobre el sistema político estadounidense). El mercado libre no necesariamente debe traducirse en una codicia cancerosa y una explotación extrema. El libre mercado también significar que las corporaciones son libres de compartir sus ganancias con sus empleados. Por último, el libre mercado también puede y debe incorporar el patriotismo, la responsabilidad con la sociedad y las estrategias de prosperidad sostenible para todos.


Chris Kanthan es un autor de San Francisco, y escribe sobre política, asuntos mundiales, alimentos y salud. Le encanta viajar y ha estado en 35 países de todo el mundo. Síguelo en Twitter: @GMOChannel y su blog:
https://worldaffairs.blog/

Chris es también el autor de «Deconstructing Monsanto» («Deconstruyendo a Monsanto»), disponible en Amazon.

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