¿Es posible una universidad estatal distinta? Parte 1

¿ES POSIBLE EN ESTE CONTEXTO HISTÓRICO DE CORRUPCIÓN ESTRUCTURAL UNA UNIVERSIDAD ESTATAL DISTINTA? 1a. Parte

Por: Francisco Quintanilla

El Papa Francisco afirmó en uno de sus discursos dados recientemente en algunos países de América del Sur, que no se puede aspirar a una sociedad distinta, a una sociedad nueva, a un mundo distinto, si no hay personas distintas, personas nuevas que aspiren a tal tipo de sociedad, a tal tipo de mundo. Es decir, para que exista, se construya y se desarrolle una sociedad nueva, debe de haber primero hombres y mujeres con un pensamiento y forma de actuar nuevo que estén dispuestos a construirla, a luchar por ella y que se ajusten a ese nuevo tipo de sociedad.

Para el Papa Francisco, de acuerdo con la anterior idea no se puede pensar en aspirar a construir una nueva sociedad si no existen los constructores adecuados que tenga tal aspiración. Mucho de verdad tiene esta tesis, sin embargo, desde la visión dialéctica, las transformaciones de una sociedad nueva y de un hombre y mujer nueva, no ocurre una antes que la otra, sino que son ocurrencias que deben históricamente desarrollarse simultáneamente, es decir, que aquellos hombres y mujeres aun habiéndose formado en la sociedad del consumo e injusta, corrupta y corruptible como es la sociedad mundial actual y que cobrando conciencia de la urgente e ingente tarea de transformación radical y progresiva de este mundo, van asumiendo la tarea de despertar en cuantos puedan la conciencia de que un mundo distinto no sólo es posible sino históricamente necesario, ya que la construcción de tal tipo de sociedad es imposible para una sola persona, se necesita de la participación sino de toda la humanidad, si de buena parte de ella.

Lo anterior indica, que el ser humano, se transforma así mismo sólo transformando el mundo que le rodea, construyendo un mundo nuevo progresivamente se construyen procesalmente así mismo como hombres y mujeres nuevos.

Esta dialecticidad, de que transformando el mundo el ser humano se transforma a sí mismo, lamentablemente se ha puesto en evidencia no en su positividad si no en su negatividad, es decir, el ser humano destruyendo el mundo se está destruyendo así mismo, destrucción que hasta Obama Presidente de la potencia económica, política y militar más destructora y antihumana del mundo y de la humanidad hasta ahora existente, no le ha tocado otra que admitir y reconocer que si no se hace algo pronto por detener la destrucción ocasionada por medio de las armas sofisticadas utilizadas en las guerras, por medio de la contaminación y el consumo caníbal de este mundo, el único mundo que tenemos y que conocemos hasta ahora llegará a su fin.

Si esta tesis es así que destruyendo el mundo el hombre se destruye a sí mismo, con mayor razón es válida la tesis de que el humano construyendo el mundo se construye así mismo.

Pero ¿por qué el ser humano y sobre todo el gran capitalista, el rey Midas de la postmodernidad, sabiendo que al estar destruyendo el mundo en forma acelerada como lo está haciendo, está cavando su propia tumba y de toda la humanidad, continua en forma miope hacia el abismo infinito?.

La respuesta es harto compleja, porque requiere hacer un análisis lo más profundo sobre el sistema capitalista neoliberal, análisis que ya han hecho otros con mucha profundidad, como los análisis profundos hechos y escritos por Fidel Castro, Noam Chomsky, Zygmunt Bauman o Ignacio Ramonet, acá se mencionará nada más, con palabras de Maquiavelo y de Rousseau, que el ansia de poder y de seguridad que ha orientado a los grandes capitalistas y corporaciones trasnacionales en su apropiación ilícita e inhumana de la mayor cantidad de los recursos que la naturaleza en su originalidad proporciona para toda la humanidad, pero que en su degeneración natural del gran capital, esos recursos los han acumulado para sí mismos mediante mecanismos de erradicación masiva de los pueblos con pensamiento distinto o que en su doblegación les ha expropiado de sus recursos naturales y culturales, sacrificado el bienestar de la inmensa mayoría, y poniendo en riesgo la existencia de la humanidad total.

Uno de los tantos mecanismos de apropiación y de expropiación de recursos que han utilizado, es la corrupción estructural generalizada.

La esencia de este mecanismo queda explicitada en el significado u origen etimológico de la palabra corrupción que deriva del latín “corruptio” que significa acción o efecto de destruir o alterar globalmente por putrefacción; o también acción de dañar, sobornar o pervertir a alguien.

Estos dos significados, que son complementarios, ponen de relieve que el gran capital ha destruido a gran escala al mundo y a la humanidad con tal de incrementar su capital y su poder, también ha dañado, sobornado y pervertido a cierto sector de la humanidad para ponerla a su servicio, eliminado todo obstáculo que impida su propósito de poder y de riqueza.

Y como sostiene Platón, cuando se refería a la corrupción en que pueden caer los gobernantes cuyas aspiraciones sean fundamentalmente acumular poder y riqueza:

Ni manejar oro ni plata porque si buscan el dinero se convertirán no en protectores y amigos de sus conciudadanos, sino en odiosos déspotas. Pasaran la vida entera aborreciendo y siendo aborrecidos, conspirando y siendo objeto de conspiraciones, temiendo en fin, mucho más y con más frecuencia a los enemigos de dentro que a los de fuera. Correrán así derechura al abismo y se hundirán ellos, y con ellos la ciudad y sus ciudadanos. (República, III, 417 a-b)

En este mundo, donde los más poderos han hecho de la corrupción no sólo una herramienta que les ha permitido acumular en forma ilícita recursos naturales nacionales, regionales y mundiales, sino también hacer de ella un instrumento y estilo de vida que les ha facilitado dominar a los menos poderosos y sobre todo a los más empobrecidos, que son la inmensa mayoría de la humanidad, han hecho uso de la corrupción como un mecanismo para acceder por una parte al poder ya sea económico o ya sea político, pero por otra, para doblegar e incorporar al mundo de la corrupción a los que hasta en un momento determinado se habían resistido a las “mieles” de la corrupción o a las aspiraciones de los corruptores.

Estos reyes Midas, han vivido de este mundo no para este mundo, han vivido de la humanidad no para la humanidad, corrompiéndola, atropellando su dignidad.

Pero lamentablemente buena parte de la población en extrema pobreza, como también los llamados sectores medios, aprendieron a vivir de la corrupción y a convivir y pervivir con ella.

Toda esta corrupción globalizada ha invadido como una espiral ascendente y en expansión no sólo hacia arriba sino que también hacia abajo y hacia los lados, casi todos, por no decir todos los rincones de la sociedad humana. Ha invadido sociedades llanadas desarrolladas, menos desarrolladas, sociedades empobrecidas, movimientos que en el pasado se auto llamaron revolucionarios, corporaciones, instituciones internacionales y nacionales de toda índole: económicas, políticas, religiosas, deportivas, educativas, sociales, públicas y privadas etc.

A la gente, a la humanidad la han ido acostumbrando los poderosos del capital a que respire y transpire todos los días el elixir de la corrupción, de tal forma que ya no pueda vivir sin ella, que sea parte de su vida cotidiana, y que sin ser corruptos estructurales mundiales, regionales o nacionales, les sea natural ver los actos de corrupción de los poderosos como de los no poderosos sin que les ocasione ni un suspiro de preocupación o de desencanto, o en el peor de los casos llegar a un nivel profundo de ceguera, es decir, adquirir y desarrollar la percepción de la corrupción y de los corruptos, por lo que ya no tienen la capacidad de distinguir y diferenciar entre un acto corrupto de uno que no lo es, por el contrario un acto no corrupto y no corruptible puede y será evaluado por los ojos de la corrupción como un acto corrupto y un acto corrupto será percibido y evaluado como un acto moralmente necesario, justo y aceptable dentro del entramado social.

Estos son a grandes rasgos y que son demasiados genéricos, rasgos y características de la sociedad actual que no sólo se tiene sino que el ser humano mismo ha construido, en detrimento de él mismo.

Ante esta sociedad mundial globalizada de la corrupción y que se expresa con características particulares en la sociedad nacional, es que se hace la pregunta central sobre la cual reflexiona en este documento, ¿Es posible una Universidad Estatal distinta en un contexto histórico mundial y nacional como el actual donde las personas que laboran o coexisten en ella en buen porcentaje han absorbido el virus de la corrupción? la cual se desprende de una pregunta más global ¿Es posible un mundo o sociedad humana distinta con el tipo de hombre y mujer que han sido formados por y para los poderes inhumanos de las grandes corporaciones capitalistas neoliberales?

La Universidad de El Salvador que está como muchas instituciones públicas o privadas, nacionales e internacionales inserta en este contexto mundial en proceso progresivo y acelerado de putrefacción, ha admitido también lamentablemente sobre todo en las últimas décadas, en forma acelerada y con mucha alegría, con el antifaz de la democracia y con los brazos abiertos de su conciencia a la corrupción como herramienta de acceder al poder universitario y más preocupantemente como estilo de “hacer trabajo universitario”.

Continuará…

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