Entre absoluciones y crónicas de cosas anunciadas. El perdón de Funes

Leyendo dos de los muchos post sobre el discurso de Mauricio Funes, el primero de Carlos Abrego del blog Cosas tan pasajeras titulado «Pedir perdón no absuelve» y el otro escrito por Virginia del Blog Delirium Tremens que tituló: «Crónica de un discurso presidencial anunciado«, veo que el efecto de su acto levantó y sigue levantando mucho polvo.

Me llama la atención la frase de Carlos Abrego que resume de manera clara y consisa la posición que adoptó cierto sector de la derecha representada en el partido ARENA, dicha frase es: «La derecha no pide perdón«, ciertamente la derecha no lo hace y considerando lo que ha escrito  jjmar y otros blogueros han expresado al respecto, asumo que es posible que esa negativa se deba a dos causas mutuamente excluyentes: la primera es que se sienten directamente aludidos y como textualmente dice Jjmar: «pareciera que asumen la complicidad que tuvieron en muchos de los abusos y violaciones a los derechos humanos que sucedieron durante el conflicto armado y que se generaron a partir de la institucionalidad del aparato del Estado.» y les incomoda terriblemente que Mauricio Funes haya pedido perdón a nombre de ellos y la otra causa, que quizá me preocupa mas es que en la retorcida mente de muchos de ellos, no existe crimen alguno, no sienten culpa, porque están plenamente convencidos de que actuaron bien en defensa de la soberanía del país, con la certeza que el Inquisidor medieval tenía de contar con el aval y la bendición de Dios cuando enviaba a una inocente mujer a la hogera luego de casi descuartizarla viva o con la misma sincera y firme convicción que tenía Heydrich al presionar sobre la solución final en la Conferencia de Wannsee. Esa convicción la he observado en mucha gente de este tipo, se mienten a sí mismos hasta que se creen su propia mentira y serían capaces de pasar limpios un polígrafo igual que un psicópata.

El salvador, será la tumba...

Si leemos los siguiente: «….la crisis en que se vio envuelta la nación salvadoreña en el ultimo decenio no surgió de la nada, ni fue producto de voluntades aisladas, esta crisis tan dolorosa y trágica tiene antiguas y profundas raíces sociales, políticas, económicas y culturales en el pasado una de las perniciosas fallas de nuestro esquema de vida nacional fue la inexistencia o insuficiencia de los espacios y mecanismos necesarios para permitir el libre juego de las ideas, el desenvolvimiento natural de los distintos proyectos políticos derivados de la libertad de pensamiento y de acción, en síntesis, la ausencia de un verdadero esquema democrático de vida.» nos cuesta creer que fué el propio ex-presidente, Felix Alfredo Cristiani, quien lo dijo ante las naciones amigas en su discurso por la firma de los acuerdos de paz en 1992, estas palabras están muy lejos de la actitud que ha tomado mucha gente de la «derecha» respecto al lo sucedido en esos años acusando tajantemente solo a una de las partes y calificándo el conflicto salvadoreño como una agresión «comunista» proveniente del mismísimo satanás.

En este tipo de gente veo algo Patológico y que sencillamente «le para los pelos a uno», sobre todo al pensar que algunos de ellos realmente tienen posiciones de poder y puede parecer increible, pero para ellos la guerra continua, en otro escenario quizá, pero con el mismo encarnizamiento; ellos nunca admitirán responsabilidad alguna y se llevarán a la tumba el reconocimiento de su culpa y su petición de perdón, esa negativa de la derecha es lo que alerta Carlos en su post, aunque la hace extensiva a «toda la derecha», yo preferiría pensar que se trata del sector ideologizado de la derecha, pero que no es tan pequeño, cabe destacar.

Por el otro lado, la frescura juvenil del emotivo y bien pensado post de Viginia muestra el sentir de los jóvenes que nacieron cuando se estaba por firmarse la paz, toda una generación que conoce la guerra de oídas, son ellos los que no han hecho del discurso del bien contra el mal un acto de fé, son los jóvenes que están por recibir un pais aún desangrado y sin reconciliar, un pais cuya sociedad está envenenada de odio y mentiras, pero que tienen una actitud crítica y vigilante ante todo el devenir ideológico nacional y posiblemente sean capaces de  cambiar la sociedad que les tocará vivir.

Nosotros los mayores somos los que mantenemos vivo el odio, reconocer la culpa y pedir perdón es el primer paso para erradicarlo; este reconocimiento y petición de perdón, la escuchamos de parte del estado en la boca de alguien que no tuvo nada que ver con lo que el estado hizo, lo escuchamos de parte de la ex-insurgencia en boca de quien si tuvo que ver pero valientemente lo asume y se disculpa a nombre de todos, pero no lo hemos escuchado de parte de la derecha que tuvo mucho que ver y me estoy convenciendo cada vez mas de que hay un componente colectivo y psiquiatrico en la persistente negación de su culpa.

Esta gente debería formar parte del museo de cera de Don Editorialista, ahí estarían bien como los viejos fremen de museo, pero no es así,  porque siguen tratando de recuperarse de lo que pensaron nunca iba a suceder en este país que sería la tumba de quienes hoy los gobiernan y en sus oscuras y cavernosas mentes lo niegan así como han negado su culpa y seguramente están buscando la forma de asestar un golpe.

Como bien dice Carlos, queda pendiente aún la justicia y lo hecho por el presidente Funes no fue un acto de exorcismo colectivo que nos liberó de todo mal y nos protegera de toda perturbación hasta la gloriosa venida de….,  nada de eso, pero se dió un paso inédito en nuestra historia, muy poco en realidad comparando con lo que hay que avanzar y reparar, pero al fin y al cabo fué un paso que nadie antes había dado desde el lado estatal y para muchos significa un avance en un proceso que parecía ya totalmente estancado.

Leer:

http://hunna.org/perdon-justicia-y-reconciliacion/

http://cosastanpasajeras.blogspot.com/2010/01/pedir-perdon-no-absuelve.html

http://sicotropico.wordpress.com/2010/01/17/cronica-de-un-discurso-presidencial-anunciado

2 comments for “Entre absoluciones y crónicas de cosas anunciadas. El perdón de Funes

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