El voto razonado, una utopía que vale la pena buscar.

Antes de leer este post les recomiendo leerse el post conjunto de Ligia y de Virginia titulado:

Usted y la perversión del cargo público – Ligia
Usted y la perversión del cargo de legislador – Virginia

El votante salvadoreño puede calificarse como votante rebaño, por lo general une la ideología a su función de elector aunque en las elecciones se jueguen cosas que nada tienen que ver con el pensamiento ideológico.

Un alcalde debe velar por la comunidad en la que vivimos, su seguridad, su desarrollo comunal, su identidad cultural, comercial y social, debe ser un promotor de los valores y tradiciones del pueblo, un gestor en el desarrollo de la infraestructura social y económica de su municipio.

Por esta y otras razones, un alcalde debe ser una persona que conozcamos, en quien podamos confiar y que sepamos que encaje en el perfil anterior ya que por dos años y medio estará al frente del desarrollo de la comuna y si él no reune ninguna de estas competencias, nuestro municipio no tendrá el desarrollo debido, estancándose e incluso retrocediendo.

Sin embargo en muchos de nuestros municipios, el votante que elige al alcalde muchas veces no vé ni conoce a la persona que va a estar al frente de su comunidad sino que vota por consigna, por la bandera del partido político que corresponde a su ideología. De esta manera tenemos verdaderas “joyas” (utilizando el término en su máxima expresión peyorativa, para evitar confusiones),  como alcaldes, que fueron elegidos por el “Voto Duro”, es decir el voto que automáticamente vota por el partido, no por la persona, aunque a quien se elige es a la persona y no al partido.

No voy a ponerme a citar ejemplos de alcaldes que ganaron por el voto duro y realmente no hacen mayor cosa por su comuna, ni de aquellos alcaldes que han sabido traspasar la tenue línea ideológica entre sus electores y han logrado que aunque sean de pensamiento político radicalmente opuesto, voten por ellos. Los dos principales actores políticos partidarios de nuestro país tienen ejemplos de ambos casos. Aunque tenemos un caso muy especial con el señor alcalde de San Miguel que merecería un estudio profundo de la psique colectiva de todo un pueblo.

A mi parecer y en un escenario ideal, el elector debería poder decidirse a votar por un partido para diputados, por otro para alcalde y por otro para presidente, de hecho en la elección del 2009 yo tuve la oportunidad de hacerlo, ya que el alcalde de mi municipio, no me pareció (en ese momento) que había hecho gran cosa por nuestra comunidad, para diputados, yo ya tengo quienes son de mi predilección y no son ni del FMLN ni de ARENA y para presidente era obvio que no iba a votar por alguien que sería títere de Tony Saca (a quien le guardo un especial, sincero y desinteresado repudio).

En esa elección se conjugaron las cosas para decidirme a votar así y desde entonces creo sinceramente que es la mejor manera de ejercer el derecho a elegir. Los partidos políticos para mí valen lo que cuesta un afiche pegado a un poste, su permanencia en mi mente es así de efímera e incluso estoy dispuesto a cambiar de bandera por la cual votar si el partido que seleccioné no da muestras de hacer las cosas mejor.

Estos razonamientos deberían prevalecer en todo votante para que su voto tenga el peso que debe tener y esto obligaría a los políticos a trabajar de verdad y no solo en tiempo de campaña electoral, en las cuales el asunto electoral se vuelve un mercado de pulgas, cada quien ofreciendo lo mejor al menor precio, para olvidarse por 2 años hasta que nuevamente inicie el período de campaña.

Si el electorado castiga a su propio partido, esto obliga al instituto político a reformular sus planteamientos y buscar la renovación de su estructura para sobrevivir, le pasó a Arena, sus mismos votantes le dieron la espalda cuando ganó Mauricio Funes y ellos han sacado provecho de esta derrota, reinventándose, poniendo una que otra cara nueva, aparentemente mas humana y social, explotando los problemas crónicos de nuestra sociedad como responsabilidad del FMLN y presentándose como los que van a enderezar el mal rumbo del país, en resumen una buena campaña, no puedo decir lo mismo del FMLN a quienes la derrota ante Norman Quijano no les ha podido hacer reaccionar de ninguna manera proactiva e incluso siguen con aquellos de “SIGUE, EL CAMBIO SIGUE”, como reminiscencia nostálguica de la atroz campaña perdedora de “Violeta Sigue”, se dedican a atacar visceralmente a Norman Quijano cuando se podía hacer de forma mas inteligente, sin presentar realmente propuestas atractivas que hagan contrapeso a sus “logros cosméticos”.

Poco a poco el electorado va comprendiendo el verdadero juego electoral, la campaña de miedo ya no sirve, aquella mentira Arenera de que al “llegar los rojos al poder”, tendríamos un estado totalitario, al peor estilo Camboyano, quedó en el olvido; lastimosamente, pues el pueblo ni se acuerda de todas las grandes mentiras y malas acciones areneras y están creyendo las nuevas mentiras con promesas irrealizables que saben que nunca cumplirán y que el pueblo jamás recordará exigirles.

El electorado se está dando cuenta que tener al FMLN en el poder no significa caer en “manos de Chavez y sus socios comunistas”, esa no es mas que pura patraña electorera, ahora ARENA ya no utiliza campaña de miedo al comunismo sino que le endosa al FMLN  la culpa de los problemas estructurales del país como obra y gracia del manejo del gobierno por parte del  FMLN en 2 años y medio.

La gente se traga estas cosas y los izquierdistas mas radicales que con el cambio de gobierno, no obtuvieron su alineamiento con el bloque de Castro, Chavez, Correa, Evo y Ortega, reniegan del partido “traidor a sus principios” con tanta vehemencia, que el elector ya no sabe si seguir apoyando al FMLN, abstenerse, anular su votor  o irse a GANA cuyo discurso astutamente disfrazado de contenido e interés social está engañando a muchos incautos que están comenzando a creer que individuos tan nefastos y dañinos como Tony Saca y Wil Salgado son los paladines que salvarán a El Salvador.

Por el lado de diputados yo creo que lo mejor es votar por una sola cara, no por la bandera, que es seguir alimentando el Tíovivo político-electoral; ni votar por varios diputados que es confundir definición interna de diputados por partido, a la hora del conteo, lo mejor es que usted escoja al menos peor del partido de sus simpatías y marque una sola fotografía.

De esta manera le estará dando su voto a la persona de su agrado, pero por lo que más quiera, no vote por las momias legislativas, cuyos rostros, palabras y acciones han contaminado hasta la podredumbre el quehacer político nacional, por primera vez usted tiene la oportunidad de sacar de la palestra a todos esos canallas que le han chupado la teta del estado hasta sangrarla.

En resumen, estimado lector, no vote por las viejas caras de ningún partido, elija nuevos ladrones, estos no traen tantas mañas y en su primer período serán un poco recatados, pero al siguiente si no han trabajado en beneficio del pais, también tírelos a la basura y ponga otros hasta que se den cuenta que el poder del elector es real, pero que no se había dado cuenta.

Primero razone su voto y luego entréguelo sin las cadenas de la ideología.

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