El sector dominante de la derecha está construyendo estrategia política.

Después de la derrota electoral presidencial la derecha entró en una especie de estupor. No creían que eso hubiese sucedido. En ese momento cada uno optó por salvar su cacaste. Unos buscaron entendimientos con el Presidente Funes, otros se replegaron al anonimato, etc. Era un momento de tribulación.

Luego vino la autocrítica. Una especie de pasar cuentas internas por lo que había sucedido. Una forma de buscar culpables. La responsabilidad de la derrota cayó sobre el ex Presidente Saca y su grupo cercano. Ellos se tomaron el partido, ellos impidieron “el sano relevo que siempre se producía en el seno partidario” ellos pusieron un mal candidato, no separaron el partido del gobierno, ellos se corrompieron. Ellos casi le regalaron al FMLN-Funes la Presidencia.

Por primera vez la derecha se auto clasificaba públicamente en buenos y malos. Los malos eran Saca y su grupo Los buenos el resto de areneros con los ex presidentes a la cabeza. Por tanto no era la derecha la derrotada, los malos eran los perdedores. Un buen ejemplo de un personaje bueno y ganador era Norman Quijano, que le había arrebatado la alcaldía de San Salvador al FMLN.

El siguiente paso fue retomar el partido que habían perdido. Para octubre del año pasado Cristiani había reagrupado su fuerza. La tenía estratégicamente colocada en las estructuras partidarias y había dejado en minoría por razones de conveniencia, pero sin capacidad de decisión al grupo de diputados de Saca. En el Congreso nacional celebrado en ese mes, Cristiani pretendía el relanzamiento del instrumento político ya depurado. Incluso negociaron la presencia de Antonio Saca para bendecir el evento.

Saca aceptó aparecer junto a los ex presidentes pensando en abrir espacios dentro del partido para sus seguidores. La misma noche del evento se dio cuenta que ello no era posible, que Cristiani lo había usado de manera inteligente para presentar un partido unido. Esto aceleró la división pública de los doce diputados, que en una primera fase exigieron espacios en la dirección del partido, pues esta era la expectativa de Saca cuando apareció unido a Cristiani en el congreso partidario.

Así entraron a la fase de la división abierta. Cristiani trató de resolver el problema en dos meses y medio. Su idea era, que todo lo que tenía que suceder, sucediera entre octubre y el fin de año, para aparecer en enero de 2010 unidos y depurados nuevamente. Para ello empleó la táctica de la no negociación, cierre total de comunicación con los disidentes y un plan interno de espionaje para detectar adeptos a Saca en sus estructuras partidarias. Salir lo más rápido posible del maíz picado era la consigna.

Pero los líos de la división se alargaron. En el primer trimestre del presente año, más diputados abandonaron las filas del tricolor y todavía a mediados de abril Antonio Saca se paseaba por los pasillos de la Asamblea Legislativa conversando amenamente con varias fracciones políticas mientras Cristiani buscaba desesperado tapar los últimos agujeros de su barco.

Ya en junio las aguas están llegando a sus niveles. Los disidentes ya tienen su partido legalizado, ARENA ha logrado contener por hoy la fuga de figuras importantes hacia GANA. Todavía le presentan más de alguna renuncia (como el caso del Director de Organización del COENA), pero en general tiene la situación bajo control.

Todo parece indicar que el grupo dominante de la derecha ha comenzado a diseñar su nueva estrategia política. Está claro que lo que queda del viejo bloque de poder económico hegemónico está casi intacto con ARENA. Este grupo si bien han perdido el control de las empresas estratégicas que representan la primera línea de acumulación de ganancia, todavía conservan acciones en algunas y tienen control de la segunda línea de acumulación económica.

No nos olvidemos que somos un país remesero, de economía terciaria. La capacidad de compra de importantes sectores de la población tiende a recuperarse con la reactivación de las remesas. Por tanto el control del comercio, la distribución, los centros comerciales, la construcción, los servicios, son fuentes importantes de ganancia.

Además hay otro elemento que debemos tomar en cuenta, si bien los dueños de las empresas que constituyen el eje estratégico de acumulación económica son grandes consorcios internacionales, ellos no están en el país. Por tanto el grupo económico local, aunque relegado tiene una importante capacidad de incidencia nacional. Es a partir de esta nueva realidad que están elaborando el nuevo diseño político.

Para el primer aniversario del gobierno de Funes, la derecha implementa su primera campaña en torno a la palabra “INCAPACES”, el objeto es meter en la cabeza de la población que el gobierno no tiene posibilidad de resolver los problemas pues no cuenta con la capacidad, la potencialidad o el poder para hacerlo. De esta forma matan dos pájaros de un solo tiro pues también logran que se olvide que los problemas nacionales se han agravado a lo largo de dos décadas en que no fueron adecuadamente atendidos.

Nos hacen creer que un año era más que suficiente para arreglar las cosas. Que a estas alturas debería estar resuelto el problema de la delincuencia, de la crisis económica, de la falta de empleos, terminada la Diego de Holguín, etc. Una tendencia a simplificar complejos problemas sociales y a plantear soluciones populistas y demagógicas.

Hasta hace unos meses el Presidente Funes y si gobierno habían enfrentado a una derecha errática, dividida, desmotivada. Esa situación puede comenzar a cambiar.

Aunque la nueva estrategia de la derecha todavía no se despliega por completo, da la impresión que usará un esquema similar al que con éxito emplearon con Napoleón Duarte. A Napoleón lo atacaron sin piedad, no le concedieron ningún mérito, incluso llegaron al insulto personal y la degradación de la dignidad, tanto del Presidente como de los principales miembros de su gabinete. Se han necesitado casi dos décadas para que la población comience a reconocer los méritos del gobierno de Duarte.

Esto debe obligar a una profunda reflexión. Tanto el gobierno, como sus dos partidos aliados, y otros sectores que lo apoyaron y ahora comparten responsabilidades en el gobierno. Deben sentarse pronto y comenzar a diseñar también su estrategia. De lo contrario se puede correr la misma suerte que con Duarte.

Ayutuxtepeque, jueves, 24 de junio de 2010.

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