El Mundial de Fútbol y los animales.

Dicen en las noticias que un elefante hambriento que estaba comiendo en una calle de Sudáfrica, detuvo el bus donde se conducía la selección gringa. Dicen los mismos noticieros que son dos los casos en que los elefantes interfieren la actividad futbolera mundialista.

 Si el Mundial de Fútbol se celebrara en El Salvador tendríamos noticias como las siguientes:

  • Una pareja de chuchos aguacateros, que se quedaron pegados a media calle en el Boulevard de Los Héroes, detuvieron el recorrido del pick up donde llevaban a la Selección de Brasil que se dirigía a entrenar en el Mágico González. A raíz de este incidente el alcalde ha ordenado que se prohíban los actos inmorales de los caninos en la vía pública.

 

  • Un Gran Zancudero en los gramales del Estadio Oscar Quiteño, retrazó media hora el partido entre las Selecciones de El Salvador y Hungría. Por suerte los zancudos fueron espantados por los sahumerios que hizo un brujo de Izalco que lo llevaron para evitar que le metieran al equipo anfitrión otra goleada similar a la de España 82.

 

  • Una Jauría como de cuarenta chuchos de todas las razas, tamaños y colores, obligó a suspender por media hora el partido entre las selecciones de Palestina e Israel, cuando invadieron la cancha. Según expertos los perros iban detrás de una chuchita en brama. Esto sucedió en el Estadio Migueleño Will Salgado, recientemente bautizado con ese nombre por el alcalde del mismo nombre. Se investiga como fue que tanto chucho pudo entrar a la cancha sin pagar el respectivo boleto. Pues a los partidos nadie puede entrar de choto.

 

  • Una invasión de chinches y pulgas atacó anoche a los seleccionados de Haití mientras se encontraban durmiendo. Por la pobreza de ese país, los futbolistas no se pudieron hospedar en un hotel de cinco estrellas y tuvieron que optar por un famoso hospedaje del centro capitalino llamado “El Oso”. Las autoridades de Salud se han comprometido a fumigar el lugar para evitar nuevos incidentes.

 

  • Unas veinte vacas que pastaban tranquilamente en los gramales de la cancha del Estadio Las Delicias, atacaron a los seleccionados de España cuando llegaron a entrenar. Los semovientes se consideraron ofendidos pues creyeron que los futbolistas llegaban a comer con ellas. Pero los españoles como buenos toreros, sacaron  unas colchas coloradas y comenzaron la fiesta taurina ante el júbilo del pueblo tecleño que había llegado a presenciar el entreno, pues es lo único que les queda ante lo caro de los boletos de entrada a los partidos de verdad.

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