El empantamiento, La guerra de Corea IV parte.

La ofensiva de los Norteamericanos y sus aliados prácticamente colapsó en todos los frentes, la correlación de fuerzas se rompió a favor del norte, los Chinos estaban conscientes que sus bajas sería superior al se sus enemigos, sin embargo podían asumirlas. Los Mariners pudieron realizar un repliegue más organizado minimizando un poco sus bajas, los otros grupos del ejercito invasor prácticamente huyeron en desbandada. El agobio de los combatientes fue incrementado por el duro invierno Norcoreano, recordemos que no tenían ropa de invierno apropiado, también contribuyó su falta de experiencia en ese tipo de lucha, por ejemplo en la II guerra mundial cuando los soldados Soviéticos antes de cruzar un arroyuelo o rio sin puentes se desnudaban cuidando de no mojar su uniforme, luego de atravesarlo se secaban concienzudamente antes de vestirse, en la noche podían dormir secos; los Norteamericanos sin más se metían vestidos en el agua y la noche con el uniforme mojado con el intenso frío se les volvía un tormento más que les impedía conciliar el sueño, eso si los Chinos les permitían dormir porque sus ataques generalmente se desarrollaban en la noche para evitar la aviación enemiga.

Los sinuosos caminos de Corea del Norte se volvieron otro problema para los Norteamericanos, acostumbrados a viajar solo en carreteras el traslado del armamento pesado ralentizaba la propia huida,

tuvieron que destruir su artillería pesada para que no cayera en manos enemigas, en algunas ocasiones simplemente se abandonaba. El ejercito de campesinos Chinos acostumbrados a viajar a campo traviesa simplemente se desplazaban sobre las lomas, cerros o valles, adelantándose a los enemigos poniendo emboscadas a lo largo del camino atrapando en grandes bolsas a los aliados del sur, los heridos y muertos, si no podían caminar o transportarse se les dejaba atrás a su suerte siendo capturados por los Norcoreanos.

Harry Truman quien sucedió a Roosevelt como presidente de los EEUU después de fallecer poco antes de finalizar la segunda guerra mundial, ya estaba harto de la “Prima Donna” como se le conocía a Mc Arthur, con quien en la administración anterior habían tenido desavenencias serias y estas continuaron con la siguiente administración; este ante el total fracaso de su ofensiva solicitó autorización para el uso de armas atómicas, con la idea de usarlas desde China hasta llegar a Moscu o sea nada más ni menos que iniciar la tercera guerra mundial. Un horrorizado Truman decidió cortar por lo sano y lo destituyó del mando colocando en su lugar al general Matthew Ridgway, veterano de la última guerra y a diferencia de su antecesor, tomó muy en cuenta la información de inteligencia, estudió a profundidad a su enemigo concluyo que necesitaba replantearse la guerra desde otra perspectiva sus tropas estaban completamente desmoralizadas, debía llevar la batalla donde ellos tenían la ventaja, a su poderío militar tecnológico e infligirle al enemigo una derrota que implicara tal suma de bajas demasiado altas incluso para los estándares de los Chinos.

El 4 de enero de 1951 los Chinos junto a los Norcoreanos recapturaron nuevamente Seul la Capital de Corea del Sur y se adentraron hasta el paralelo 37, sin embargo Peng Dehuai fue consciente que de continuar así tendría el mismo resultado que King Il-sun, Peng sabía que sus primeros éxitos en el norte en gran parte se debían a la estupidez de los Norteamericanos, su ventaja estratégica se convertiría en su debilidad al carecer prácticamente de cobertura aérea, los aliados no se preocupaban por los transportes por lo que sus camiones y trenes podían abastecer de suministros a su ejercito, por el contrario las linea de abastecimiento Chinas eran continuamente bombardeadas siendo cada vez más difícil suministrar los abastecimientos a su ejercito; realizar cada ofensiva del enorme ejercito Chino requería de grandes recursos materiales por lo que sus objetivos militares debían cumplirse en corto tiempo a lo sumo unos tres o cuatro días, de lo contrario agotaban sus reservas materiales paralizando su ofensiva, Peng era de la opinión de mantenerse un poco más al sur y acumular fuerzas; un Mao aguijoneado por Stalin quien le recordaba en cada oportunidad como los Soviéticos no se detuvieron hasta derrotar a los alemanes, impuso su opinión de continuar con la ofensiva dando la oportunidad al General Ridgway de poner en práctica su nueva estrategia. El repliegue de los Norteamericanos fue más organizado disminuyendo sus bajas.

Ridgway pronto tendría su oportunidad en dos batallas conocidas como la de los “túneles gemelos” y la de chipyongi, particularmente esta última lograron derrotar a los Chinos infligiéndoles grandes bajas al utilizar su poderío militar, posteriormente los Norteamericanos y sus aliados recuperaron Seul y empujaron a los Chinos atrás del paralelo 38, sin embargo no prosiguió avanzando, no iba a cometer el error de Mc Arthur, pero se estancaron en una dura y desquiciante guerra de trincheras como en la primera guerra mundial, se dejaba la piel por capturar algún cerro o loma, que luego era recuperado por el enemigo, que posteriormente se volvía a recuperar, para más tarde abandonarla al enemigo, todo ello acompañado de sus respectivas bajas entre heridos, muertos y capturados en ambos bandos. (continuará)

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