Recientemente vi el “extra” (tráiler) de una nueva película llamada “Divergente” y casualmente descubrí en el omnisciente Internet que se trata de otra saga de libros con novelitas distópicas para adolescentes tipo “Los Juegos del Hambre”.
Luego del enorme éxito comercial de la saga de Harry Potter, tanto en libros como en películas, creció una generación completa de jóvenes que gusta de héroes y anti héroes adolescentes cuyas historias, son historias de amor en ambientes hostiles.
Así nace la saga Crepúsculo que aprovechando el boom creado por películas y libros como Entrevista con el Vampiro, explotaron el tema vampiros hasta el máximo, plagándolo de metrosexuales hijos de Drácula y del hombre lobo.
Las librerías se llenaron de novelas vampirescas hasta que poco a poco el género aburrió, entonces apareció el tema Zombi, que también tuvo su auge con series, libros y películas a granel.
Pero éste tema también ha sido reventado hasta el cansancio y ahora es el turno de las novelas distópicas para adolescentes:
Siempre se trata de una historia de amor, pero en tierras postnucleares o arrasadas por regímenes totalitarios.
Los Juegos del Hambre llevaron al género al clímax y la novela “Divergente” de Verónica Roth aprovechará la coyuntura para ingresar varios millones a los estudios cinematográficos, cosa que ya hizo con las editoriales que publicaron las otras novelas de la saga y los relatos interconectados que se han ido publicando luego.
Detrás vienen mas distopías, como The Maze Runner y The Giver, cuyos protagonistas son siempre jóvenes en mundos desconocidos, extraños, siniestros y controlados, todos son sagas literarias juveniles, que se han vuelto muy rentables, tanto para las editoriales, como para las productoras de cine.
Lejos de criticarlas, puedo decir que me agrada que se prolifere este tipo de literatura, ya que al hacerlas películas se despierta el interés de los jóvenes por leerlas y al ser ligeras y de fácil lectura los atrae a leer mas y mas al punto que logran dar el siguiente paso en la lectura y pasar a otro tipo de novelas, digamos mas serias y con mejor calidad literaria.
Mi hija ya leyó la saga de los Juegos del Hambre por su cuenta y ella estaba realmente dura con la lectura, no le apetecía pasarse las horas sentada con un libro, pero la curiosidad por comparar lo escrito con lo visto en el cine pudo más y ahora está leyendo con mayor soltura.
Es en este sentido que considero bueno que se publique este tipo de libros, para que los jóvenes se vayan interesando por la lectura, ya que no lo hicieron durante su niñez y sería una oportunidad para que los programas de estudio formal incluyan estas novelas que resultan atractivas y dejen a los clásicos para más adelante cuando ya los jóvenes tengan una cultura de leer arraigada.
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