Despertar a la realidad o cuando ser del 97% no te garantiza tus derechos

Alguien puso en Twitter, seguramente con la intención de demostrar la triste realidad y hasta cierto punto burlarse de las vueltas que da la vida, una serie de tuits de un desafortunado miembro del «97% que apoya» al Presidente Nayib Bukele de forma incondicional.
Una de las formas más visibles del actuar de estos activistas virtuales, que en ningún momento son troles, sino personas que están convencidas en un cien por ciento de que nos gobierna el mejor presidente de la historia y que todo el que lo critica automáticamente es un enemigo del pueblo que quiere que fracase el gobierno porque forma parte del 3% que sirve a las lacras del FMLN y ARENA.
Podemos ver en el historial de sus tuits parte de este concepto que muchas personas reales tienen acerca de quienes cuestionan o critican las actuaciones del Presidente.

En este sentido, estas convencidas personas de muy buena fe, apoyan encarecidamente todas y cada una de las decisiones que el gobierno ha tomado, incluso las que podrían ser criticables u objeto de un análisis más riguroso por su erróneo planteamiento.
Seguramente en algun momento nuestro amigo se pudo haber sumado a las legiones de estos seguidores que atacan al procurador de los derechos humanos, por haber estado abogando contra las medidas forzadas de cuarentena impuestas por las autoridades y que por hacer su trabajo, se convirtió en el blanco de todo tipo de agresiones virtuales.
Pero veamos ahora más ejemplos de este tipo de publicaciones de nuestro amigo tuitero.

Como buenos salvadoreños, toda disposición oficial que afecte a quienes «no hacen caso» de las sabias aunque draconianas medidas de nuestro amado presidente son bienvenidas, alabadas, aceptadas y exaltadas porque son las méjores del mundo mundial… Siempre que se apliquen a otros.
Aquí viene lo triste de nuestro relato, o como dice el entrañable Axel de Anthony Burgess, «la parte lloricosa se la historia» pues nuestro nuestro militante virtual recibió una dosis de esas justas y sabias medidas draconianas, y nos pudimos enterar cuando cuando tuiteó.

Lamentablemente el problema es que la decisión de establecer quien está incumpliendo la cuarentena y quien sale con causas justificadas queda en manos de los oficiales que lo detienen a uno.

Como hemos dicho antes, uno de los errores cometidos por el gobierno es que los protocolos de actuación no se permean en las capas inferiores u operativas y al escuchar al presidente cosas como: «He dado instrucciones al ministro de la Defensa, al director de la PNC que sean más duros con quienes violan la cuarentena, que les decomisen el carro y los lleven a centros de contención. Más vale que les doblen la mano a que mueran por coronavirus», pues algunos miembros de los cuerpos de seguridad se los toman como carta blanca para hacer lo que quieran con la gente amparados en el decreto de Estado Excepción.
Nuestro pobre tuitero se las vio a palitos, pues lo retuvieron a pesar de contar con los documentos que lo habilitaban para trabajar, lo remitieron a cuarentena y ese mismo día lo despidieron del trabajo.
Publicó su situación, se quejó amargamente y lamentablemente se convirtió en la burla de ese supuesto «3%» enemigo del Presidente y su gestión.

Pero la historia afortunadamente ha tenido hasta cierto punto un final «feliz», pues nuestro querido amigo fue auxiliado paradójicamente por una de esas instituciones «enemigas» del señor Presidente, es decir la Procuraduría de Derechos Humanos, sucursal de Ahuachapán y gracias a sus gestiones, además de lo mediático que se volvió el caso, nuestro buen amigo salió del confinamiento y publicó recientemente.

Lo malo es que el pobre, sigue sin trabajo y supuestamente será reincorporado en el mes de mayo, esperamos que sea cierto.
Lo que nos deja como lección es que los salvadoreños no somos personas acostumbradas a cuestionar, simplemente acatamos e incluso apoyamos medidas que pueden ser cuestionables, aparte de que somos muy temerosos, la guerra nos convirtió en un pueblo muy manso y la gran reactividad que se advierte en las redes es por la sensación de anonimato que creemos tener en los ambientes virtuales.

Los derechos humanos son inherentes a las personas y debemos defenderlos a toda costa, atacar a las insituciones que los defienden es la máxima estupidez que puede cometer alguien, pues como sucedió a nuestro amigo, fueron esos «enemigos del pueblo y de nuestro sagrado presidente» quienes en realidad le ayudaron.
Realmente el ciudadano en cuestión fue víctima de algo injusto, porque él llevaba todo lo necesario para justificar andar en la calle, pero el criterio de quien lo detuvo pudo más que su derecho a circular, eso es lo cuestionable de los arrebatos que el señor presidente publica o dice en sus locuciones.
Tristemente el caso de @ReneMenendez16 nos enseña que, ser parte del 97% no garantiza que tus derechos se respeten y que cuando se da «poder irrestricto» a las fuerzas de seguridad, se corre el riesgo del abuso, como el caso del joven a quien dispararon por no aceptar pagar soborno, del cual hablaremos más adelante.
Solo rogamos que nuestro amigo tuitero, vea las cosas con otra perspectiva y que no pierda su convicción política por un abuso puntual de autoridad, pero que sea más empático cuando alquien critique al gobierno al detectar que algo se está haciendo mal, no siempre es con el ánimo de dañar la imagen del presidente o del gobierno pero creo, como dice la la frase meme que circula hoy de moda, «que no están preparados para esta conversación«.

2 comments for “Despertar a la realidad o cuando ser del 97% no te garantiza tus derechos

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