Apuntes sobre Arthur Rimbaud

Extracto de: A B C literario Cien años sin Rimbaud
Año 1991. El día 10 de este mismo mes de noviembre se cumplieron los cien años de la muerte de Jean- Athur Rimbaud, uno de los más grandes poetas de la historia de la humanidad, cuya obra, tan breve como extraordinaria, ha influido de manera decisiva en toda la poesía contemporánea.
Autor de poco más de un centenar de poemas, escritos todos ellos entre los catorce y los diecinueve años, a partir de los que guardó un definitivo silencio hasta su muerte, a los treinta y siete, su nombre, sinónimo de rebeldía y de búsqueda del absoluto, resume la eterna fascinación del poeta entre la vida y la poesía, entre la ruptura y la reconstrucción del mundo.
Evocan el genio del poeta Claudio Rodríguez, Pere Gimferrer- con el extracto de su conferencia en la Residencia de Estudiantes- Jaime Siles, Manuel Vilas, Juan Pedro Quiñonero y Alan Borer, tal vez el máximo especialista del poeta, cuya versión española de Rimbaud en Abisinia va a publicar el Fondo de Cultura Económica
Se cumplió el centenario de la muerte de Arthur Rimbaud y retornan el mito y el rito. Cuando se amasan como la leyenda y la historia, son inevitables, y quizá convenientes las adoraciones y, lo más peligroso, las conclusiones: la ceguera ante la reverberación y la revelación del prodigio.
La aventura desde el colegio de Charleville, su ciudad natal, ya iniciada en 1868, a los catorce años escribiendo en un latín riguroso y original varios poemas extensos, hasta la precisión, al final de su vida, de las cartas de negociante, traficante, geógrafo, etnólogo, entre Harrar y Aden, anotando cómo las caravanas llevaban siempre un número par o impar según la postura de quienes las cabalgaban, la caligrafía de sus apuntes de estudiante de inglés en Londres en 1874, su continua atención casi obsesiva hacia la ciencia… ya nos dan como una orientación, como un sesgo que conduce al primer y decisivo momento de su obra.
E fixais des vertigues Es la locura armoniosa. Rimbaud aspira, aparte de inventar el color de las vocales, a expresar, sobre todo, los ritmos instintivos, hallar un verbo poético accesible a todos los sentidos, representar las emociones, la totalidad del alma.
Nombrar parece que lleva consigo una participación inmediata que apaga la llama violenta de lo que es piensa Ivés Bonnefoy refiriéndose a la corporeidad del lenguaje del poeta y añade que la presencia sensible consiste en acercarse a lo desconocido
Es el ritmo del espíritu (y el de la biografía que no puedo comentar apenas)
El poderío y la originalidad de las sensaciones, en el momento de expresarlas, no consiste, claro está, solamente en la melodía sintáctica, en el efecto meramente plástico de la fonética, ambos tan importantes, sin embargo, en el estilo de Rimbaud, sino en la velocidad interna y agresiva de los diversos compases velocipedista asesino le llamó Paul Claudel) Porque el ritmo es una esencia, no tan sólo una ornamentación.
Va más allá de la limitación de la evidente tensión intelectual, vital. Aristóteles interpreta el delirio creador, y no hay que olvidarse de que al- Armoniosa locura religioso.
Son muy insistentes los testimonios sobre la experiencia de una esencial sacralización de la poesía y de la presencia de Dios, incluso personal, en su obra.
Por tanto, la vida, la realidad, tienen un profundo sentido divino.


La ciencia es demasiado lenta, mientras que la oración galopa. le sang paien revient! l Esprit est proche, pourquoi Chrisfi ne m aide- t- il pas, en donnant a mon ame noblesse et liberté. Helas! l Evangile a passé! l Evangile! l Evangile!
La devastación sistemática, por decirlo así, de las normas sociales y del propio espíritu desemboca en. lo que Baudelaire interpretaba: las humillaciones humanas son gracias; de Dios.
No se trata de un cristianismo confesional; más bien, repito, de la búsqueda de lo absoluto, de la nostalgia de una infinitud que pudiera convertir la existencia en un acto de fe, en un cambio esencial del ser, por encima de toda razón, de todo control de la experiencia, hasta de la creencia misma.
La aspiración a poseer la verdad en un alma y en un cuerpo.
A fin du monde en avancant.
La huida, la fuga, no el viaje.
El poeta andariego, de dieciséis años, caminando en octubre desde Fumay, Charleroi, Bruselas hasta Donai, con los puños metidos en los bolsillos rotos de su único pantalón y rimando en medio de las sombras fantásticas, tirando de los elásticos como si fueran liras de sus botas heridas, como él mismo se describe.
¿Intuía su destino?
¿Podría encontrar abierto, por fin, el albergue verde (la pureza, la infancia) que buscó hasta su muerte en Marsella, en el hospital de la Concepción?
Ya antes de estas andanzas, en marzo, escribía: Je ne parlera! pas, je ne pensara! rien: mais l amour infini me montera dans l áme, et j irai loin, bien loin…
Estos comentarios, bien sé que demasiado breves, no intentan ser más que un homenaje a la autenticidad poética. Et je vu quelquefots ce que l homme a cru voir.
Algunas veces. Porque la poesía verdadera no es vitalicia (como Runbaud demostró) pero sí imperecedera. Algunos de los textos más signicativos de Une saison en enfer, llevan como título genera:l Delires
Se deshace el tejido de las diferentes asociaciones, de las secuencias que establecen la avidez de fijar el vértigo de lo desconocido; mejor dicho, de verlo claro; aún más, de poseerlo.
Por ello su poesía, como su vida, se nos aparecen desconcertadas. Hay una alteración o, mejor, una alteridad tal como el poeta en tantas ocasiones confesó. ÁJ laine, de la Commune, etcétera.
  Rimbaud se apasiona en verificar sus preguntas fundamentales acerca de la vida humana: el ciclo del conflicto entre un posible orden futuro y la incertidumbre de su individualidad y de la historia hasta él acaecida.
  De aquí mana el indeleble acento profético, a veces juvenil e insoportablemente orgulloso y soberbio, de sus sombrías iluminaciones. Estamos ante lo secreto, ante lo sagrado: en pleno territorio la alquimia del verbo no se aisla, se asfixia, en un oficio de retórica, sino que entraña una radical y nueva moralidad.
No se trata solamente de influencias bíblicas ni del rechazo y arrasamiento de las constumbres del París de Baudelaire, de Ver- Claudio RODRÍGUEZ :
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/cultural/1991/11/08/011.html


Vocales

[Poema: Texto completo.]


A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces pestilencias,


calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;


U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.


O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.


A.Rimbaud

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