1932 en la visión de un descendiente Nahuat Pipil

Opinión de un descendiente Nahuat Pipil, en El Salvador en el año 2012., y su posición en relación al etnocidio de 1932 ocurrido en Izalco.

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“Naha nutugey Alexandro Tepas Lapa, nunesi iwan sihuatehuácan, iwan cujtan Ilamatepec, ochupse Arriba; nunanuya tinesi iwan Asuncion Izalcu”

Me llamo Alexandro Tepas Lapa, nací en Santa Ana en las laderas del volcán de Santa Ana, en el Cantón Ochupse Arriba.; Mi abuela nació en el Barrio la Asunción de Izalco.

En mi mente están los relatos de mi abuelita JUANA TEPAS PASHACA, una señora de carácter fuerte, emprendedora, amadora de sus descendientes, de igual manera lo hace una sobrina de ella, quien vive en el mismo lugar de Izalco a quien reconozco como mi tía CARMEN TEPAS SHESHE, quien en mal estado de salud aun vive y posee el mismo carácter de nativa.

Ella me decía, ni mis propios hijos, no quieren saber de esas cosas, porque dicen es el “CUMUNISMO”.

Recuerdo muy bien de ella la frase “ Tagetza Teteke Teteke” que traducido del Nahuat quería decir “hablemos para nosotros, despacio, suave, al oído y la acción posterior a realizar consistía en acercarse a la otra persona, con el objetivo que los demás no escuchasen de lo que hablábamos.

En relación a mi identidad yo me siento orgulloso de ser descendiente de los nativos de estas tierras, y entendería muy bien a los demás de mi familia si pensaran lo contrario, primero porque somos nuevas generaciones, y segundo porque se ha esculpido en la mente salvadoreña que ser nativo es ser pobre, campesino, despreciado, o ciudadano sin derechos y sin valor, gente de la mas baja sociedad.

En la mente de las nuevas generaciones existen más preguntas que respuestas sobre el tema de los pueblos originarios de El Salvador.

Las causas son diversas, pero su base se puede encontrar en la discriminación, subyugación, invisibilización desde el estado.

Y en la esquematización perversa de invasores y Inter-invasores que con ansias de poder y de riqueza, se ampararon desde tiempos coloniales, en los Reyes y Gobiernos de manera injusta e ilegítima, para cumplir con sus ideales.

De forma breve quiero responder, unas de las interrogantes colectivas, que para nosotros los originarios; son las más significativas:

1. Porqué nos llaman Indios o Indígenas?

Considero, que es un apodo, basado en la misma discrimación y es lamentable que etnólogos, antropólogos, historiadores e instituciones como la iglesia que cumplían función educadora, hayan sido cómplices en difundir a lo largo y ancho de El Salvador y de América, el calificativo, sabiendo que lingüísticamente está mal dicho o mal empleado.

Indio según los diccionarios es la persona nacida en la India, o nacida en Asia.

Desde éste artículo, se le pide al estado salvadoreño un reconocimiento constitucional, como un fragmento al desagravio, y una política integral que corrija esos errores; que unifique a las instituciones para que difundan y reeduquen a la nueva sociedad bajo los términos correctos que son: NATIVO, ORIGINARIO, NATURAL, PROCEDENTE, ORIUNDO, AUTOCTONO, ABORIGEN, PRIMEROS HABITANTES, PRIMEROS POBLADORES,

PUEBLOS ORIGINARIOS.

2. Cómo identificar si una persona es en verdad nativa? En mi opinión, existen 3 marcas en un nativo, y estas, están dentro de su sangre, sus apellidos y su espíritu.

Primeramente en su sangre porque los genes se heredan de generación en generación.

En segundo lugar en sus apellidos porque la Iglesia Católica aun conserva registros de la época Colonial, en la que se reflejan muchos troncos de familias nativas con apellidos originales en lengua Nahuat Pipil y además existía la clasificación social, bien marcada, señalando a personas con apellidos de padrinos españoles, como- INDIO.

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En tercer lugar en su espíritu, por el carácter, la fortaleza, la esperanza el instinto de sobrevivencia, que caracteriza nuestros orígenes.

Pero para encontrar esas marcas, por el momento es difícil, y es un buen tema sobre el que amerita una detallada exploración.

Es por ello, que como parte de las nuevas generaciones y parte de un estado democrático y civilizado, pedimos se dignifique lo que queda de nuestra etnia.

Al existir voluntad, se pueden construir las bases indispensables para un proyecto de nación, partiendo de investigaciones genealógicas, de los linajes existentes o de los registros coloniales, y de esa manera tener un censo real y objetivo de los descendientes originales de El Salvador, que somos muchos aun con apellidos onomásticos y españoles.

 

3. Porqué ya no se usan trajes típicos?

El traje típico se creó para diferenciar, los naturales, de las

Clases Sociales de la época.

Los nativos antes de la conquista no tenían traje típico, se sabe que usaban numashtes “pedazos de tule, y telas en forma de calzones o calzoncillos de hoy”.

El deseo de las nuevas generaciones es vernos vestidos con traje típico como en la época colonial.

Esa, era una forma para calificar, y esquematizar a los conquistados, y considero, que no es necesario, para ser nativo; vestir de cierto modo, el que es, “ES”, ya sea desnudo, con traje típico, con traje de gala, con plumas en la cabeza, sombrero o con una gorra.

El natural de nuestra patria debe ser contemplado por otros aspectos más significativos; sino, exijamos a los españoles y franceses que vistan como hace 500 años para que en verdad, sean españoles o franceses.

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4. Porqué ya no se habla el Nahuat Pipil en El Salvador? Si se habla, pero con menos fluidez y con acentos diferenciados, además los hablantes son muy pocos.

Habemos muchos que tenemos gran conocimiento heredado de forma oral de nuestros abuelos, pero, por no existir muchos hablantes se hace difícil cultivar la comunicación en esta lengua.

Los motivos del porqué no se habla la lengua natural de nuestro país, es diverso:

Primeramente por la descrimación étnica, recuerdo que mi abuela recalcaba que era prohibido hablar de ello, ella decía, dicen que somos comunistas, traidores y brujos, al hablar en nuestra lengua; pero al final me decía: uno por la lengua puede vivir, o puede morir y yo te lo encargo a vos.

Creo que todo ser humano le tiene miedo y desconfianza a lo desconocido, y como los dominantes no conocían la lengua, también ese fue motivo de acoso e intento de exterminio, lo que terminó en la desvalorización de la lengua Nahuat.

La lengua Nahuat Pipil contiene una riqueza literal, metonímica, cosmogónica, y metafórica de nuestra etnia.

Considero que las tradiciones no son suficientes para conservar nuestra historia, se debe rehabilitar y rescatar lo que queda de la legua Nahuat Pipil ya que es una evidencia viva de la historia original de nuestro pueblo pipil.

Algunos desprecian la lengua natural; pero la causa de ese desprecio, obedece a que ellos están muy distantes de la naturaleza y de la objetividad.

Es notorio que al conocer una sola lengua en la que aprendemos a comunicarnos, existe confusión etimológica y fonética, al escuchar otras lenguas, hasta nos parece feo, ridículo y chistoso al intentar usar palabras; eso sucede hasta en lenguas más comunes como el Inglés y el Francés.

Mi deseo es que se revise la constitución de las Repúblicas de México, Ecuador, Guatemala, Bolivia, Perú, entre otras y que en ese mismo sentir o superior a ése, se reforme la Constitución de El Salvador, dándole reconocimiento al idioma o lengua materna de nuestra etnia.

Nuestra lengua es agradable como cualquier lengua de origen romances.

 

Con el deseo de dignificar a mis hermanos naturales de éste país, y para concientizar a la sociedad salvadoreña, he escrito e interpretado un canto en lengua ancestral Nahuat Pipil, que se titula “Tatuani Metzali” y la puedes escuchar en el blog de mi buen amigo Omar. http://hunna.org/tatuani-metzalis-prncipe-natal-cancin-nahuatl/

 

5. Cuál es mi valoración por el etnocidio del 1932?

Según los relatos de mi abuela JUANA, el origen de todo este hecho, fue el desagrado de los nativos, al ser despojados de sus tierras y la limitación del agua, y por haber sido convertidos en campesinos, jornaleros para cultivar con plantaciones de café, las tierras confiscadas por terratenientes criollos y ladinos.

Estas tierras fueron constituidas en fincas y Haciendas, y ellos pasaron a vivir como colonos, en lo que antes fueron sus propias tierras.

Algunos solo pudieron conservar su rancho o casa, en el lugar de donde habitaban en el pueblo.

Todo lo anterior los amaró de pies y manos, y fue así como toman acciones para intentar liberarse de los ladinos que los despojaban y los esclavizaban.

Los ladinos en el afán de mantener el poder se aliaron con el estado para traicionarlos, señalándolos falsamente con el CUMUNISMO, para poder justificar tal etnocidio.

Ellos se sintieron atados, condenados, muertos y perdidos, al perder la tenencia de la tierra y el agua, porque estos dos recursos, además de ser medios de riqueza y producción, tiene un gran significado ancestral para nuestra etnia, como ejemplo: los linajes Xupan, Atonal, Atlacat, todos están relacionados con el agua, y otros relacionados con la tierra como talcualuyan, talcomunca, taltapanca.

Después de ello solo se les cambio de nombre, y de indios pasaron a ser hasta la fecha de hoy: los pobres, los campesinos, los jornales y las domésticas o sirvientas, que son los mas discriminados por los que tomaron el poder y las riquezas de éste país.

Hoy sentimos alivio, al ser tomados en cuenta por el gobierno de turno, al poder expresar nuestra valoración sin temor a ser reprimidos, y también por el buen gesto del estado al haber pedido perdón; pero creemos que no es suficiente, necesitamos del estado un reconocimiento constitucional y una política pública integral, que permita hacer proyectos de investigación etnológicas y genealógicas , para tener censos reales, así mismo que no se esquematice mas al nativo de estas tierras, como indio, indígena, campesino, jornalero, sirvienta ya que existen otros adjetivos mas apropiados que dignifican a nuestra gente.

 

Nosotros somos las evidencias de los que habitaron aquí desde hace más de 1,112 años, así mismo constituimos las raíces de nuestra historia y además somos vuestros hermanos, tal vez, no hijos de nuestros abuelos, pero así les queremos, porque vivimos aquí mismo, en El Salvador.

Mi valoración en este sentido es que no conviene, poner primero ideologías políticas, religiosas, o banderas antes que nosotros; porque antes que estos existieran aquí, nuestros abuelos ya vivían y dominaban sobre éste país.

Hoy después de 80 años del etnocidio, siento tristeza por la pérdida invaluable de mis ancestros, que se llevaron junto a su martirio muchos secretos y buenos deseos para mis, padres, para mis hijas y los descendientes que vendrán. Y hoy yo les honro su memoria, porque sé que lo hicieron por mí.

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