¿La peor madre del mundo?

Autor Desconocido.
 Cortesía de BetotroniK.

 
«Siempre estuve segura de que me había tocado la peor madre del mundo»
 
Desde que era muy pequeña, ella me obligaba a desayunar o a tomar algo por la mañana. Antes de ir a la escuela, por lo menos debería de tomar leche. Cuando los demás niños tomaban refrescos gaseosos y dulces para el almuerzo, yo tenía que conformarme con comer comidas nutritivas, mientras que otras madres ni se ocupaban de eso.
 
Mi madre insistía en querer saber todo lo que hacíamos y donde estábamos, parecía que estabamos encarcelados; tenía que saber quiénes eran nuestros amigos. Insistía en que, si decíamos que íbamos a tardar una hora, de hecho tardaríamos una hora y no minutos más ni mucho menos más tarde.
 
Me hacía un sándwich o me daba una fruta, cuando los demás niños podían comprar papitas y otras cosas ricas en la escuela. ¡Cómo me molestaba eso!. Y también, todavía resuenan sus palabras, : «Come, ¡anda!»..¡No dejes nada sin terminar!…,¡acaba!…, ¡hazlo bien!…,¡vuelve a hacerlo!…, y así siempre….Me da mucha vergüenza admitirlo, pero hasta rompió la «Ley contra el trabajo de los niños menores», violó las reglas al poner a trabajar a menores de edad y me obligaba a hacer mi cama, ayudar en la preparación de la comida y a hacer algunos mandados……El más horrible era ir a comprar las tortillas con el calor que hacía y las grandes o largas filas.!!!.
 
Lo más terrible era que aprendiéramos y estudiáramos nuestras tareas de la escuela  y ¡Cuánto trabajo, Dios mío!; hasta creo que se quedaba despierta por las noches pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer, tal vez, tan sólo por molestarnos: «Que lávate los dientes, cepíllate el cabello, respeta a los mayores, obedece…y…obedece».
 
Siempre exigía e insistía en que dijéramos la verdad y nada más que la verdad. Así que entre tanta crueldad transcurrió mi infancia.
 
Para cuando llegamos a la adolescencia, fue más sabia, nuestras vidas se hicieron aún más miserables. Nadie podía tocar el pito del auto para que saliéramos corriendo, nos avergonzaba hasta el extremo de obligar a nuestros amigos a llegar hasta la puerta de la casa para preguntar por nosotros.
 
Fui creciendo y mi mamá se metía en todo: ¿Quiénes son tus amigas?, ¿Dónde viven?. Lo peor fue cuando empecé a tener amigos, mientras las otras amigas los podían ver a escondidas yo los tenía que pasar a la sala y presentarlos. ¡Esto ya era el colmo!, además, el interrogatorio de costumbre: ¿Cómo te llamas?, ¿Dónde vives?, ¿Qué y adonde estudias?, ¿Todavía no trabajas?.
 
Los quehaceres fueron en aumento….que barre por aquí..por allá.., que arregla el closet, todo eso era un fastidio, ¡ya estaba harta de tanto molestar!.
 
Pasaron los años y resulta ahora que todos sus hijos somos felices. Hemos sabido superar las dificultades de la vida y desarrollar magníficas relaciones tanto como en la familia, en nuestra iglesia y en nuestros trabajos.
 
¿A quién debemos de culpar de nuestra situación actual?. Tienen razón, a nuestra «MALA MADRE». Hemos descubierto que nuestra «mala madre»es en realidad la mejor mamá del mundo.
 
Ustedes pueden ver de TODO lo que nos hemos «perdido»: Nunca hemos podido participar en una manifestación callejera con actos violentos y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos. Nada que valga la pena.
 
Me casé e inicié una nueva familia. Ahora soy MADRE también. Estamos tratando de educar a nuestros hijos como lo hizo nuestra madre. Estoy llena de orgullo cuando mis pequeñitos me dicen que soy «mala». Sonrío recordando nuestros propios arrebatos de cólera y le doy gracias a Dios por haberme dado a la «MADRE MÁS MALA DEL MUNDO». Y en este día con gran satisfacción le he dado gracias a Dios por mi Mamá.
 
Gracias al cuidado que tuvo con mis alimentos crecí sana y fuerte, y cuando llegué a enfermarme me cuidaba con mucho cariño. Gracias a la atención que puso en mis tareas logré terminar mi carrera profesional.
 
Gracias a que me enseñó a hacer las labores de la casa, ahora tengo mi hogar limpio y ordenado. Además se administrar mi hogar.
 
Gracias al cuidado que puso para que yo escogiera a mis amigas, aún conservo las mejores que son un verdadero tesoro.
 
Gracias a que conoció a mis amigos, pude darme cuenta quién era el mejor para compartir mi vida y ahora el es mi esposo.
 
«Gracias a mi Dios», le dije desde a Él desde el fondo de mi corazón, «Por darme a mi Madre, mi Mamá querida a quien solo le ví defectos y no cualidades, a ésa Mamá que me ha amado tanto y que me formó tan bien.
 
Sólo te pido Señor, que ahora que tengo a mis hijos ellos me consideren la MADRE MÁS MALA DE MUNDO.

Con un poco de retraso: Feliz Día de la Madre.

 
                                                         Dedicada a mi madre «Mamá Nena».
 
                                                               BetotroniK

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